Mara, entre Escila y Caribdis
- Óscar González Ortiz
- 1 feb 2023
- 5 Min. de lectura

(COLUMNA EN NOVEDADES). Desde los tiempos de su programa radiofónico de atención ciudadana y denuncia social en Cancún, la hoy gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa, mostró su inclinación por apoyar las causas populares y a la población vulnerable, gestionando a través de las ondas hertzianas las soluciones a los problemas y las demandas de la gente, ya sea que requirieran acciones inmediatas —como reparar una fuga de agua, verbigracia— o de más largo alcance, como pudieran ser la electrificación, la instalación de drenaje o de suministro de agua potable en zonas pobres, olvidadas por las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Esa ocupación como periodista de amplia difusión y profunda penetración popular marcaría su carrera política, primero como presidenta municipal de Benito Juárez y ahora como gobernadora, primera de sus sexo —género, para quien teclea, a pesar de los argumentos de muchas amigas feministas, es una palabra imprecisa— en Quintana Roo, lo cual casa de las mil maravillas con los primordiales propósitos de su gurú político, el presidente Andrés Manuel López Obrador, y con el programa político del Morena, el partido oficial que la postuló.
Mas no todo es miel sobre hojuelas. El presidente Andrés Manuel López Obrador ganó la elección hace poco más de cuatro años y medio con una enorme mayoría de votos, apoyo que aun conserva, con un muy menor al usual deterioro por el desgaste debido del ejercicio del real del poder, por lo que puede darse el lujo de menospreciar y hasta vituperar a los críticos de toda laya, lo cual hace con singular alegría cada mañana, incluyendo ayer al venerable Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, promotor primigenio del movimiento de izquierda que lo llevó a la presidencia, a quien ya colocó entre las filas de los odiados neoliberales y neoporfiristas, aunque hubiese sido de manera tácita, pues forma parte del grupo inusitadamente plural Colectivo por México, al que calificó como un "ala moderada del bloque conservador", sin dudar en situar al hijo del legendario presidente expropiador del petróleo, Lázaro Cárdenas del Río –con frecuencia bandera suya—, como "mi enemigo político".
Sin embargo Mara Lezama no pude permitirse — ni creemos que eso desee— esa hostilidad hacia los agentes políticos, sociales y —sobre todo— económicos no pertenecientes al "pueblo bueno", ni atacar tan frontal, tan inicuamente a los "adversarios" que el presidente agrede incólume cada mañana en su coloquio mediático televisado, en vivo y en directo, desde el Palacio Nacional.
Es inequívoca la filiación lopezobradorista de Mara, en un afecto político y personal que resulta patente, casi minuto a minuto, durante las inusualmente frecuentes visitas del tabasqueño a Quintana Roo, pero aunque el apoyo de la Presidencia es fundamental para el Gobierno del Estado, especialmente en cuanto a programas y recursos federales refiere, la importancia de los inversionistas, la iniciativa privada, los liderazgos locales y una clase media muy poco politizada pero harto demandante —más pendiente de sus necesidades grupales, familiares y personales— no permite que la mandataria estatal se lance con la rudeza característica de López contra quienes no son sus adeptos naturales, los sustentantes de la Cuarta Transformación.
No es tan fácil. Cuenta Homero en la Odisea, que narra el prolongado y —literalmente— tormentoso regreso del héroe a Ítaca, isla de la cual era rey, que tuvo que enfrentar una muy difícil disyuntiva a punto de pasar por un estrecho, que actualmente podría identificarse al sur de Italia, entre Calabria y la isla de Sicilia, dominado, de un lado, por Escila, un monstruo de 12 patas y seis cabezas, que devoraban a quien tuviera la imprudencia de acercarse, y, del el otro, por Caribdis, otro engendro, hijo de Poseidón y Gea, que tragaba enormes cantidades de agua para expulsarlas después, arrasando con poderosas marejadas a toda nave y marinero que se acercara.
La bruja Circe le aconsejó a Odiseo pasar cerca del cabo que dominaba Escila, pues su seis cabezas se tragarían igual número de marinos. pero la pérdida, si se acercase a Caribdis, sería el navío con todos sus tripulantes, así que el navegante decidió sentenciar a muerte a solo una seisena de ellos, bogando por el escollo de la fiera de muy buen apetito: "Debes, por el contrario, acercarte mucho al escollo de Escila y hacer que tu nave pase rápidamente, pues mejor es que eches de menos a seis compañeros, que a todos juntos (Rapsodia Decimosegunda).
Lezama está decidida a seguir la política de "primero los pobres" que esgrime López. Es su naturaleza; así pensaba cuando era locutora, con ese propósito incursionó en la política y llegó al morar en la residencia de Insurgentes y Heriberto Frías, en Chetumal, luego de encabezar dos gobiernos municipales muy populares en Cancún y de una campaña en la que se granjeó la simpatía del pueblo merced a dicha afinidad, pero de ninguna manera ha sostenido la guerra y el encono anti "fifí" que su jefe político profesa diariamente.
Tendrá, entre otras cosas, que valorar y determinar del quid pro quo de los taxistas, que evidentemente —a la luz de los acontecimientos— se sienten enseñoreados del estado luego de haberla apoyado en su campaña, y ahora la tienen en un intríngulis.
Deberá decidir — y lo dejó claro su subsecretaria de gobierno, la "cachorra" taxista Érika Castillo Acosta, que es "cuota"— si apechugar con algunos descalabros políticos o dejar que la nave del estado se hunda en la ingobernabilidad.
HOMÚNCULOS
Si del conflicto de los sindicatos de taxistas de Quintana Roo con Uber hemos de hablar, el campeón de la simulación, entreguismo y —seguramente— de la corrupción al defender la ultranza los privilegios del gremio es el diputado presidente de la Comisión de Movilidad de la XVII Legislatura del Congreso de Quintana Roo, el morelense José María Chacón Chablé que, al servicio de sus amos motorizados, había declarado que, por lo menos, —así: bajita la mano— la reglamentación de las plataformas de transporte de pasajeros, como Uber. Sea llevaría cinco meses, pero poniendo cara de que la estimación era muy optimista.
Pero se cayó la simulación en todos los niveles, incluyendo dos órdenes de gobierno, gracias a que las agresiones de los cerreros taxistas —¡pobrecitos, compréndanlos!— contra los choferes de dicha alternativa trascendieron y se hicieron "virales" —palabreja que estamos a punto de vetar, como "resiliente", tras los sismos de la Ciudad de México de 2019, debido al ingente abuso— en el estado, el país y el mundo, por lo que los compromisos tuvieron que ser, al menos en apariencia, rotos o suspendidos.
Ahora Chacón sale a declarar que la reforma atinente para contemplar el servicio de marras en la Ley de Movilidad, tras bajarle a junio la dilación, ya está hablando de semanas, incluso de días, para que todo quede listo. Primero, "¡no joven: no se va a poder!"; ahora, "¡claro que sí, trabaja reforma a la ley de movilidad en servicio exprés!
¿Qué tipo de legisadores chimoltrufios tenemos: un billete aquí, y las cosas se detienen. Un jalón de orejas allá, y se vuelven modelo de eficiencia y agilidad parlamentaria? As you like it, dijera Shakespeare.
GRILLOGRAMA
Ni muy muy, ni tan tan...
El punto medio, les dejo:
Si quieren bien gobernar
Es necesario buscar
Mas no sea medio pen...
columnacafenegro@gmail.com
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