Lilí Campos: reelección a pulso
- Óscar González Ortiz
- 13 mar 2024
- 2 Min. de lectura

Estamos muy lejos de criticar a las leyes mexicanas por mantener rotundamente abierto el acceso a los cargos de elección popular a personas sin o con escasa educación formal, y los hechos, en muchas ocasiones, han demostrado que la inteligencia —requisito, este sí, sine que non— y la experiencia pueden valer más y dar mejores resultados que la sola sapiencia académicamente adquirida, y, por otro lado, que quod natura non dat, Salmantica non præstat, sentencia inscrita en el forntón de las escuelas menores de la vetusta universidad ibérica.
Mas por si las dudas, la presidenta municipal de Solidaridad, Quintana Roo, Lilí Campos Miranda —panista, aunque con eso de las coaliciones las identidades partidistas a veces parecen menos importantes— es una abogada con una sólida formación profesional en derecho, con maestría, pero sobre todo con una carrera amplia y ascendente en su ejercicio que la avalan como una de las ediles más preparadas y eficaces del estado.
Amplias credenciales y excelentes resultados —sobre todo esto último, que es lo que más interesa a la gente— son las fortalezas que sustentan la intención de Lilí Campos de continuar gobernando a los solidarenses durante el próximo periodo constitucional municipal en Solidaridad, y ni en uno ni en otro campo tiene competencia significativa, aunque la diputada morenista Estefanía Mercado Asencio, que no es precismante una perita en dulce, sino una política muy competitiva y capaz, cuente con el trascendental respaldo de que tanto la presidencia como el gobierno estatal estén en manos de su partido; pese a este hecho, que será definitorio para casi todos los demás municipios, para la codiciada Playa del Carmen la aplanadora oficialista parece no ser tan pesada como la fuerza individual de la actual alcaldesa.
Para nada será un día de campo, desde luego —Estefanía tiene todas las potencialidades, dijimos—, mas al momento no hay indicios muy verosímiles de que el balance de fuerzas vaya a alterarse en las pocas semanas que faltan para del 2 de junio, fecha que todo indica que será un preludio de lo que pudiera ser la próxima contienda por la gubernatura, pues si las hipotéticas contendientes logran sus respectivas reelecciones —Ana Patricia Peralta de la Peña en Benito Juárez-Cancún y la propia Campos Miranda en Playa del Carmen-Solidaridad, no sería descabellado del todo arrancar las apuestas para el relevo de Mara Lezama Espinosa, que tendría a su vez dos cartas muy fuertes —sin ser la súnicas—, que dependen de las siguientes elecciones: su ex secretario de Finanzas, Eugenio “Gino” Segura Vázquez, que busca una senaduría, y la propia munícipe cancunense.
¿Prematuro? Sí, ciertamente, pero no se ha visto mucho —porque excepciones, las hay— que nazcan de repente o surjan por generación espontánea, políticos listos para batirse en las grandes lides políticas sin haber mostrado antes sus capacidades en empeños menores, por escasos o minúsculos en importancia que estos sean, y hay una máxima que reza —especialmente válida en el Caribe mexicano— que las contiendas por los puestos políticos empiezan, cuando muy tarde, en el momento en que alguien toma posesión de un cargo.
De lograr la reelección, Lilí Campos la habrá ganado a pulso.
GRIILOGRAMA
¿Qué es lo que quiere Lilí…?
Diré a usted cosa segura:
Que lo que estará peleando
Y no solamente desando
Será la gubernatura


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