El compadre (los gobiernos) y el indio
- Óscar González Ortiz
- 24 ene 2023
- 7 Min. de lectura

(COLUMNA EN NOVEDADES). Nos referimos al refrán —de apariencia ciertamente racista— que reza "no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre", no por ser clasistas ni mucho menos racistas, como si dijéramos "cena de negros" para describir una reunión o situación en la que los participantes fueran muy hostiles y hasta violentos, unos con otros, pero no encontramos otra expresión propia de la sabiduría popular mexicana —porque queremos claridad y entendimiento, sobre todo—, decidimos usarla apenas nos enteramos de la muerte del comediante Leopoldo Roberto García Peláez Benítez, "Polo Polo", a quien nada le importaba, menos los prejuicios, con tal de hacer que su público, grosero y pícaro, como él, pasara un buen rato. ¡Y vaya que lo pasamos, muchas veces!
Si lo que buscan el gobierno y la ciudadanía de Quintana Roo —aunque con mayor intensidad en Cancún: el conflicto escaló a dimensiones estatales—, es menester ir más allá del innegable hecho de que, por lo menos todos los agresores, aunque existan no pocas excepciones, son algo así como "gorilas al volante" —con el perdón de los gorilas, que, desde los trabajos de la zoóloga Dianne Foseey y la película con Sigourney Weaver que hizo que el mundo supiera de ellos, que ya sabemos que son enormes simios, muy inteligentes y amables—.
Es normal: ya son muchos los testimonios en video de hordas de conductores de taxis que intimidan y agreden, en ocasiones con lujo de violencia, a los choferes de Uber, la plataforma digital para transporte de pasajeros, y lo peor: también a los usuarios que los solicitan y abordan, sin importar si se trata de hombres, mujeres y familias con niños, sean quintanarroenses o turistas. Uno de los envíos más "virales" consiste en una abusiva banda que, amén de cercar con sus coches al vehículo ·enemigo" pretenden obligar a una aterrorizada familia de turistas de Europa del este, entre llantos de los infantes y la madre, a subirse a un vehículo de los sindicalizados. No volverán a Cancún... eso es seguro.
Lo cierto es que no hay al momento ordenamientos ni normas que indiquen que es ilegal la operación de Uber o cualquier otra empresa que ofrezca servicios por internet y, como aceptó con claridad el diputado local —que es abogado—, Hugo Alday Nieto, a pregunta expresa de la periodista Gabriela Escamilla en el noticiero del canal de televisión y las estaciones de radio del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social que conduce en las mañanas —inusualmente libre y abierto, para ser "oficial"—, lo que no está prohibido, por alguna ley o reglamento de cualquier orden de gobierno, está permitido.
Uber no vulnera absolutamente ninguna disposición legal, así que por el momento sus operadores y la propia empresa no tienen por qué dar explicación alguna sobre su trabajo, salvo las obvias, que tocan a cualquier empresa o conductor de un coche en la vía pública, que deben estar sustentadas en lo que hoy es ley. De ninguna manera la autoridad puede impedirles trabajar.
Los que sí están contra la ley son los sindicatos de taxistas y sus miembros, concesionarios o "martillos", al pretender impedir por la fuerza la circulación y operación de este servicio, ninguneando no solo sus derechos sino todos los de las autoridades, miembros organizados de la sociedad civil, la iniciativa privada y la ciudadanía, justamente indignados por las tropelías de un puñado de salvajes. La alcaldesa de Cancún, Ana Patricia Peralta de la Peña, evidentemente indignada pero también asustada, lanzó un mensaje ambiguo, explicando lo ilegítimo e ilegal de las acciones de estos gandules, pero sin la energía y la determinación del caso. Se entiende, pues en verdad atemorizan estos gañanes motorizados, pero esa respuesta dista mucho de lo que debe hacer un gobernante en primerísimo lugar: hacer respetar la ley sin cortapisas, proceder con toda energía tras los oídos sordos a la invitación al diálogo y, lo más importante, por parte del gobernó estatal, el retiro inmediato de las concesiones —en general, ilegalmente obtenidas— y el veto sempiterno de todos los rijosos.
La gobernadora Mara Lezama Espinosa no estuvo aquí; estaba en España en la Fitur. Al momento, lo único que sabemos de parte de su gobierno son las lamentables declaraciones de la secretaria de Gobierno, Cristina Torres Gómez, que se mostró muy angustiada por las penurias que pasan sus compañeritos y evidentes socios taxistas y terriblemente agresiva contra Uber, con amenazas impropias de la responsable de la política interna del estado, y del titular del Imoveqroo, Rodrigo Alcázar Urrutia, Que no dudó en calificar de "ilegal" a Uber cuando no existe ley, normatividad o reglamento que está siendo violentada.
De Mara Lezama lo que esperamos es que si acaso tiene compromiso con los sindicatos por apoyos pretéritos, ahora los haga a un lado y cumpla su función, que es garantizar el estado de derecho, así sea utilizando a la fuerza pública, a lo que la faculta —y obliga, en dado caso— la Constitución. Es un hecho más que comprobado que con los taxistas no tendrán efecto las sonrisas y los mensajes apapachadores. La afectación al turismo, que ya provocó un "warning" del gobierno estadounidense, será mucho, tremendamente más grave que todo lo que haya acordado y signado en la Fitur de Madrid. ¿Como para qué queremos cinco mil cuartos de hotel, si acaso no tendremos turistas para ocuparlos, que dejarán de venir a un estado que ya empiezan a visualizar como "sin ley"?
HOMÚNCULOS
Hasta aquí el texto publicado en Novedades, que por razones técnicas tiene que ser entregado a la Redacción el día anterior, a media tarde. Hoy, martes que probamos, nos volvemos a poner los huesos húmeros y continuamos con Café negro en este portal, con algo que esperábamos con mucho interés: por la noche, un difícil mensaje de la secretaria de Gobierno dejo una certeza muy importante: no sabemos si lo hizo ante el clamor generalizado por las tropelías de los taxistas enseñoreados del estado, pero sin desempacar maletas siquiera tras de su periplo ibérico, llegó la comandante y mandó a parar, con la autorización y el aval —así les decimos aquí, en el Caribe mexicano, a las "instrucciones"— del presidente Andrés Manuel López Obrador, que estuvo acompañado de la mandataria, algunas horas antes, para su visita de supervisión de las obres del Tren Maya.
Con voz trémula, como si dijese "yo no hubiera querido, mas me obligaron" para apaciguar a sus "cuadernos" conductores, ahora traicionados y tratar de evitar reclamos, tal vez soterrados, acaso encendidos, Cristina se aclaró la garganta, se acomodó las ropas que se puso apresurada luego de apenas arrugar el pijama, se estiró todavía más el característico e inverosímil chongo, y dijo así, con inspirado acento: el Gobierno de Quintana Roo no tolerará la violencia ni la faltas a la legalidad de grupúsculos en detrimento de los derechos de la mayoría... bla, bla, bla.
Y de pronto... ¡Jesús!: un objeto sanguinolento salió expulsado de la falsaria boca de la funcionaria joaquinista —¡perdón: de la 4T!—: era su lengua, brutamente cercenada de la mordida que se autoinfligió luego de haber protegido con panegíricos y amenazas a Uber a los vándalos agremiados —en esos extraños sindicatos de patrones, ciertamente— durante la ausencia de la jefa, pisoteando los derechos de los transportistas privados —así determinó que lo son la autoridad judicial federal— que, por cierto, no han faltado a ninguna ley, entre otras razones, porque no existe tal.
La atribulada exalcaldesa de Solidaridad, que seguramente negará sus devaneos con el superpoderoso gremio, mordiéndose uno y machacándose el otro —vaya usted a saber qué uno y qué otro—, admitió que corresponde al gobierno y al congreso hacer lo necesario para que nuestro marco normativo —prácticamente una nueva Ley de Movilidad— contemple la operación de las plataformas digitales, pero mientras, apenas reciban las respectivas notificaciones del juzgado federal, tanto Ejecutivo como Legislativo no podrán impedir la operación de Uber, que recibió un amparo, y el tortuguismo anticipado por los dos poderes en cuestión deberá ser eliminado. No solo los incontables testimonios de estas posturas abstrusas ya no les permitirán hacerse como el tío Lolo. De Cristina Torres ya les hemos platicado suficiente. Del del imberbe y desorientado titular del Imoveqroo, para ir directo a los irresponsables responsables, les recordamos lo que dijo; el que esto escribe ya lo hubiera echado con cajas destempladas, por el ánimo de ser amables. Citamos la nota de Juan Morales para Grupo Pirámide:
"El Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo) informó que pese al fallo del Tercer Tribunal de Distrito, Uber no puede operar en el estado, aseguró el titular de la dependencia, Rodrigo Alcázar Urrutia.
"'En este momento siguen siendo ilegales (sic de la erre), porque están fuera del marco normativo', indicó, por lo que, en caso de ser detectados por la autoridad, los choferes podrán ser acreedores con multas de hasta 72 mil 590 pesos, como lo establece el articulo 149 de la Ley de Movilidad.
"Señaló que cumplir con el fallo, hay que adecuar el marco normativo, pues los magistrados piden que no se equipare con el servicio público, pero no significa que no se regule.
"Por su parte , Cristina Torres Gómez, secretaria de Gobierno estatal, indicó que será la XVII Legislatura del Congreso del Estado para que haga la adecuación en la Ley de Movilidad del Estado de Quintana Roo".
A este también debe haberle tocado un buen jalón de orejas; a la presidenta municipal de Benito Juárez, Ana Paty Peralta, seguramente, muy al contrario, le tocó un apapacho conmiserativo, pues ella solo estaba compungida, como perrita en el Periférico y en segundo piso, a punto de las lágrimas, porque su bienintencionado pero inocuo, casi enternecedor mensaje a los taxistas, que todavía mantenían secuestrados los accesos a la Zona Hotelera, fue ignorado minuciosamente y solo fueron persuadidos a la vista de los toletes y tremendos cohetes de los enviados de la Guardia Nacional, que no saben comprender las ternuras de su alma ruletera, y eso que hasta a los diputados de la comisión legislativa correspondiente, en particular a su presidente, el morenista José María Chacón Chablé, había inspirado para declarar que definitivamente no iban a atender el asunto: que tal vez lo harían uno de estos años, ahí por las calendas griegas. Ayer, la presidenta de la mesa directiva de la XVII Legislatura Mildred Ávila Vera, barruntó un periodo extraordinario para adecual la Ley de Movilidad.
Seguramente lo sabe Mara: este es, hasta el momento, el asunto más crucial de su quinquenio, que como el primer mes de noviazgo, señala Milán Kundera, definirá lo que serán las relaciones de poder en todo su periodo. Aquí se establece la gobernanza del régimen.
GRILLOGRAMA
Manda góber: no gobierna ruletero...
Para que lo justo exista
Llegó aquella, y sin fijón
Dio tremebundo jalón
A las de burro taxista
columnacafenegro@gmail.com
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