Dulcificación de la puñalada
- Óscar González Ortiz
- 29 sept 2020
- 3 Min. de lectura

(COLUMNA EN NOVEDADES). Aunque se trata de un añejo proyecto, anhelado por los cancunenses –especialmente los que tienen negocios en la zona hotelera– y que sería magnífico para la industria turística del más importante balneario de Latinoamérica, con no poca incidencia en su derrama económica, aun en caso de construirse poco podría ayudar a la recuperación económica de Quintana Roo, que es urgente a la voz de ¡ayer!
Un proyecto de tal envergadura, sobre todo si se considera la realidad económica del país, aunque la inversión anunciada por el Fonatur sea privada, llevará todavía mucho tiempo en comenzar y años en terminarse, así que el acto de bautismo que realizó el secretario de Hacienda Arturo Herrera Gutiérrez –antes brillante, reconocido economista; hoy apocado burócrata que solo está para ejecutar los caprichos de Andrés Manuel López Obrador– no fue más que una simulación para dulcificar la puñalada trapera del brutal recorte presupuestal que, al igual que a la gran mayoría de los estados, le asestó el presidente a Quintana Roo con su proyecto de presupuesto que difícilmente será modificado en la Cámara de Diputados con mayoría oficialista.
Creemos que no ha leído ni El libro vaquero, pero es seguro que el presidente no leyó a John Maynard Keynes –considerado economista de “izquierda”– ni a Allan Greenspan –derechista expresidente de la Reserva Federal estadounidense–, que en lo poco que coinciden sin respingos es en la dinámica de los ciclos económicos y monetarios: cuando la economía se expande hay que aumentar impuestos y restringir el gasto gubernamental para ahorrar, pensando en que sin duda vendrá, tarde o temprano, una etapa recesiva; pero cuando se contrae, lo que debe hacerse es lo contrario: brindar apoyos fiscales y aumentar el gasto público para ayudar a activarla.
Esto han hecho casi todos los países del mundo para enfrentar la terrible crisis por el virus SARS-CoV-2: estimular a la población y a la iniciativa privada para que la reactivación de la economía se dé lo antes posible, pero en la “otra economía” de López se prescribe justamente lo contrario: si una familia no es beneficiaria de alguno de sus programas populistas y electorales, que ni sueñe con algún tipo de apoyo, como la condonación o diferimiento de sus adeudos fiscales y, desde luego, que las empresas, municipios y estados no esperen aumento de beneficios gubernamentales, sino severos recortes.
La reducción al presupuesto federal para Quintana Roo es verdaderamente salvaje: las participaciones disminuirían mil 308 millones de pesos; las aportaciones aparentan un crecimiento, pero se debe a la situación por la covid-19, y si el gasto programable, que para Quintana Roo crece más que para cualquier estado (14.9 por ciento), se debe a que el capricho del Tren Maya del presidente no se va a detener de ninguna manera, cuando ese es un proyecto que no rendirá beneficios –si acaso– hasta dentro de varios años, y por tanto pudiese haberse pospuesto por la emergencia sanitaria en vez de congelar –y condenar– a las economías de las entidades federativas, que están extremadamente colapsadas.
El gobernador Joaquín, amén de mostrar toda la disposición para apoyar los proyectos del gobierno de López Obrador que tarde o temprano beneficien al estado, ha buscado resquicios para mejorar la situación presupuestaria de Quintana Roo, sin manotazos sobre la mesa y sin confrontaciones: aprovechando la visita del secretario Herrera, solicitó una revisión del pacto fiscal que todavía pudiera aportar un cierto alivio.
Si las entidades federativas participaran en la recaudación –y más en casos como el de Quintana Roo, donde las contribuciones de naturaleza turística son de las más altas del país– pudiera mejorar mucho el panorama. Citamos un comunicado:
“‘Esto no es pedir dinero, sino ser partícipe de la recaudación”, comentó el gobernador, mencionando que de esta manera Quintana Roo, un estado que aporta más de lo que recibe, obtendría más recursos, sin que se tenga que lastimar a los estados que reciben más de lo que aportan.
“Por último, mencionó que muchos de estos fondos federales son para grandes proyectos, los que, en caso de no poder concretarse, podrían ser reasignados para proyectos de infraestructura estatal.
“Sobre la visita de este funcionario federal el estado, Joaquín González mencionó que revisarán un proyecto que él le presentó directamente al presidente, que es un plan de movilidad para Benito Juárez, con nuevas avenidas y un sistema integral de transporte, además de incluir el puente sobre la laguna Nichupté”.
Esperemos que nuestro pesimismo con respecto a la sensibilidad del Gobierno Federal para con respecto a las necesidades de los estados esté errado, pero por lo menos Quintana Roo está haciendo la lucha.
GRILLOGRAMA
Cirugía mayor…
Este estado necesita
Tras puñalada trapera
Solo que venga Herrera
A ponernos un curita
columnacafenegro@gmail.com
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