Culpas y riesgos de la inflación
- Óscar González Ortiz
- 8 dic 2021
- 6 Min. de lectura

(COLUMNA EN NOVEDADES), Empieza diciembre y la tradicional alegría, la prometida felicidad, se quedan atrapadas en los precios que se elevan brutalmente, en una carrera vertiginosa que barrunta una muy triste Navidad y, lo peor, un 2022 tal vez peor que el año al que le restan apenas cuatro semanas. Cuando se conozca mejor la variante ómicron de la Covid-19, su virulencia y letalidad, estaremos en posición de saber qué tan catastrófico será el futuro inmediato, pero las visiones más bien tenebrosas parecen dominar, además de que la nueva manifestación de la pandemia es solo un factor más, pues la devastación que dejaron las anteriores, aunada a muchos factores tan complejos como de difícil solución global –entre las pocas que hay, como suele suceder, la mayoría están reservadas para cuidar, atender y salvaguardar a los países ricos– no permiten suponer que se dará la prometida recuperación.
¿De quién es la culpa? Si hablamos de la infección de humanos por el nuevo virus SARS-CoV-2, notificado por primera vez el último día de 2019 en la ciudad china de Wuhan, no podemos saberlo aun: desde una supuesta fuga accidental en un laboratorio situado en ese enclave, pasando por teorías conspirativas más o menos alucinadas hasta la transmisión natural a través de los vampiros –aclaramos que así se llaman los murciélagos hematófagos, y no solo los colegas del conde Nosferatu y del Drácula, pues nos han “corregido” muchas veces–.

Pero la variante ómicron sí parece tener un origen más detectable: la falta de atención y apoyo del primer mundo a los pueblos más pobres, con casi nulo acceso a los servicios médicos y los medicamentos –como a todos los satisfactores elementales–, así que fue Sudáfrica, donde la pobreza entre la población no blanca (bóer o de origen británico) es extrema. No sabemos si la covid-19 en general, pero la variante ómicron del virus, con todo y sus mutaciones, es hija del capitalismo salvaje o, para darle gusto a Andrés Manuel López obrador, del neoliberalismo aplicado a rajatabla.
En este espacio hemos criticado las políticas y decisiones del presidente de México en materia de democracia –elimina o mantiene bajo inclemente ataque a todas aquellas instituciones del Estado que no están bajo su égida–, división de poderes y salud pública–, igual que hemos celebrado algunos aciertos en política y justicia social (el Tren Maya es un buen ejemplo: el Gobierno Federal está dispuesto a financiar el bienestar y la mejora de las condiciones de vida de muchos mexicanos marginados, lo que creemos que corresponde a una de las principales obligaciones del Estado), pero en este caso en particular es claro que tiene razón: López Obrador declaró que la inflación de 7.05 por ciento, la más alta en 20 años, y que casi seguramente romperá el récord secular en unos días, es un fenómeno mundial, potenciado por la ómicron.
De hecho, a pesar de sus críticas iconoclastas al Banco de México, que ha incluido entre las instituciones fifís y derechistas que hay que eliminar para romper con el pasado corrupto y de privilegios clasistas, hasta ahora ha sido respetado en su autonomía de banco central moderno, a la altura de los retos mundiales –los buenos resultados que López presume constantemente son en realidad los de esa institución, que en nos ha mantenido milagrosamente como la segunda economía más grande de Latinoamérica.
Las frecuentes caídas del producto interno bruto por causas concomitantes, entre las cuales destaca la pandemia de la covid-19, no es exclusiva de México, pero el derrumbe de las inversiones por las constantes señales negativas que envía el presidente a los capitales mundiales (las más nocivas, entre muchas: la cancelación del primermundista aeropuerto de Texcoco por uno globero, bicicletero y guajolotero, como lo es el de Santa Lucía, y la regresiva y monopólica reforma energética, todavía sub judice), han obligado al Banxico a elevar, a cada, revisión las tasas de interés un cuarto de punto porcentual sí son resultado de los yerros de López.
Es cierto: la inflación en Estados Unidos no está muy por debajo de la de México, pero, como comenta el economista Jacques Rogozinsky en El Financiero, en nuestro vecino del norte el presidente Joe Biden y un congreso que entiende y no solo obedece, se ha podido dar el lujo de aplicar medidas contracíclicas, de esas que el doctor López se ha negado aplicar, a pesar de que el paciente está casi en articulo mortis: hace poco fueron aprobados por los legisladores 1.3 billones de dólares para infraestructura que sin duda se requiere para mejorar la productividad y viene otro tanto para programas sociales sociales, que allá no son clientelares y electoreros, sino estratégicos.
Hay que suplicar que el presidente, que ha pretendido inventarse su propia economía de los “otros datos” y nos ha llevado entre las patas, no vaya a querer controlar al Banxico, que es uno de esos órganos constitucionales autónomos que tanto odia.
Los mejores momentos que ha tenido López para la economía mexicana es cuando no hace nada, pero con el fin del periodo de Alejandro Díaz de León como gobernador del banco central y la llegada de Victoria Rodríguez Ceja, para el 1 de enero de 2022 , ese momentum salvador, en plena inflación rampante, pudiera llegar a su fin, algo que no ha pasado desde los tiempos en que Plutarco Elías Calles lo fundara el 1 de septiembre de 1925.
HOMÚNCULOS
Vemos en Forbes lo que hemos sostenido aquí no solo en esta misma entrega, sino desde hace mucho, que una reforma energética que devolvía su carácter de monopolio a la Comisión Federal de Electricidad y que la obsesión de López por el petróleo y su protección tan incondicionada como irracional de Pemex acabarían de socavar la casi inexistente confianza de los inversionistas en el país que fue resulta de la cancelación del aeropuerto internacional de Texcoco, la suspensión de una importante planta cervecera en Mexicali y muchas medidas más contra la competencia económica, entre las que va a destacar, en caso de ser aprobada, la contrarreforma eléctrica. Citamos:
“La iniciativa de reforma eléctica del Gobierno (sic) mexicano preocupa a las empresas y gobiernos europeos, además de frenar las inversiones, dijo este jueves 2 de diciembre) el embajador de la Unión Europea UUE) en México.
“Gautier Mignot señaló que la reforma da prioridad a las Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobre el capital privado, corre el riesgo de obstaculizar los esfuerzos de las empresas para cumplir con los objetivos de aumentar su suministro de energía renovable.
“Algunas empresas que van a decir ‘sí, bueno, si yo no puedo cumplir esos objetivos que son objetivos mundiales corporativos, pues me tengo que ir de México’”.
Mientras tanto “S&P Global Ratings (S&P)confirmó el martes las notas de México de ‘BBB’ en moneda extranjera y ‘BBB+’ en moneda local, al tiempo que mantuvo su perspectiva ‘negativa’”.
Además de lo anterior, la calificación de tendencia negativa toma en cuenta, aparte del desequilibrio fiscal que puede ocasionar al país el incremento de apoyos a las paraestatales susodichas, la agencia calificadora tomó en cuenta un previsible debilitamiento del Banxico, entidad que le ha dado al país su estabilidad macroeconómica por las razones que comentamos más arriba.
Pero el gobierno de López no parece entender. Héctor Usla, de El Financiero, informó que “El Gobierno de México buscará durante la segunda mitad de la actual administración fortalecer financieramente a Petróleos Mexicanos (Pemex), por lo que llevará a cabo varias medidas para cumplir este objetivo.
Pemex anunció este lunes una operación de recompra y manejo de pasivos enfocados en la parte corta y media de la curva de rendimientos de la empresa, con el que se pretende reducir el riesgo de refinanciamiento y el monto de la deuda.
“‘En esta operación, PEMEX brinda a los tenedores de bonos en dólares la opción de intercambiar bonos con vencimiento entre 2024 y 2030 por una combinación de un nuevo bono a 10 años y efectivo, y ofrece recomprar bonos con vencimiento entre 2044 y 2060. En línea con lo anterior, el Gobierno Federal estaría llevando a cabo una aportación patrimonial hasta por 3 mil 500 millones de dólares (equivalente a unos 74 mil millones de pesos)’, puntualizó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en un comunicado”.
Al fin resulta que el petróleo y la electricidad, que López consideraba motor de nuestra economía y en términos financieros harán crecer la deuda nacional debido a los rescates, refinanciamientos y recompras injustificables.
Nada hace entender a López y nuestro país sigue empequeñeciéndose..
GRILLOGRAMA
Hasta la madre patria…
Ignorando otros enfoques
Y admitiendo aquí la ca…
De petróleo me echo un trago
Y pues me aplico mis toques
columnacafenegro@gmail.com
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