top of page
Buscar

Quintana Roo en 2021

  • Óscar González
  • 8 sept 2020
  • 4 Min. de lectura

(COLUMNA EN NOVEDADES). En términos económicos, Quintana Roo no debe esperar mejora alguna para el año 2021, por lo que los anhelos de recuperación para el próximo ciclo deberán ser pospuestos o por lo menos atemperados: nadie espera que la nociva “política” económica de Andrés Manuel López Obrador varíe un ápice en el sentido del gasto público y que se apliquen las medidas anticíclicas que prácticamente solo México ha omitido practicar ante la crisis económica concomitante con la epidemia del covid-19.

El nuestro, entre la decena de estados opositores a la presidencia, ha sido de los menos radicales y políticamente guiados a hostilizar a la federación, pero de poco nos valdrá ante la obstinación presidencial de sostener su inopinada política restrictiva del gasto gubernamental, que exceptúa tan solo a los “programas sociales”, que salvo tratándose de un puñado de beneficiados no mejorarán en nada la desastrada economía.

El gobernador Carlos Joaquín González no ha estado esperando a que cambie la política económica del gobierno federal –eso no va a pasar–, sino que se ha hecho presente en las dependencias que manejan los proyectos ya aprobados del propio presidente para sacar el máximo provecho vía la colaboración interinstitucional en, verbigracia, el puente en la Laguna Nichupté, la ampliación de la carretera Cancún Tulum y el Tren Maya, obras que generarán empleos y derrama económica.

Los periódicos de circulación nacional, en sus cabezas de la edición del lunes 7, la mayoría de notas principales, destacaron la expresión “austero y defensivo” para referirse al paquete económico que se cocina en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y destacan el ingente retro que enfrenta su titular Arturo Herrera Gutiérrez: el economista egresado de la Universidad de Nueva York deberá conciliar lo que sugieren los principios básicos de cualquier economía con la necedad de un presidente que los ignora y recién declaró que cuatro dólares equivalen a 25 pesos –ya no digamos que no sabe de economía, sino ni siquiera de la aritmética básica que enseñan en la primaria–.

El problema para el sucesor de Carlos Macías Urzúa, que como el malogrado primer titular de Hacienda de López es un especialista consumado y mundialmente reconocido, es asaz existencial: tiene sus barbas en remojo ante el dilema entre disentir de su autoritario jefe y conservar la chamba: con el presidente mexicano no caben los disensos, so pena de ser echado con cajas destempladas.

Para Quintana Roo un presupuesto de esta naturaleza, que por supuesto de algún modo responde a la realidad, es cierto, pero que lleva el riesgo para todo el país las medidas de austeridad sean extremas, será desde luego adverso, aunque, a diferencia de otros estados y a pesar de que la industria turística ha sido de las más golpeadas por la situación sanitaria, paradójicamente, por su naturaleza flexible, conforme los semáforos de la emergencia vayan mejorando, como lo han estado haciendo, la reactivación debe ser mucho más expedita que la de otras industrias, regiones y estados.

Para las entidades del norte y del Bajío que dependen más de las manufacturas de exportación, sobre todo de la industria automotriz, la recuperación será menos ágil, aunque acabará por consumarse, pero la mayor parte del país, con economías locales deficitarias y cien por ciento dependientes del presupuesto federal, el panorama probablemente no mejorará en lo que resta del sexenio –si Andrés Manuel no experimenta una especie de epifanía–.

En Cancún por fin abrieron tres playas públicas y cinco concesionadas, las cuales, por supuesto, tardarán en rendir todo su potencial debido a las obligadas medidas sanitarias, pero ya hay barruntos de recuperación. Esta será, desde luego, muy cuesta arriba y pasará mucho tiempo para que el turismo sea capaz de sustentar crecimiento, pues, como ha sido tradición del presente régimen federal, toda la carga del gasto social que esté fuera de los programas emblemáticos de López recaerá sobre el estado, y aquí pensamos sobre todo en la perennemente rezagada economía del sur, que tendrá que esperar a desarrollarse, pues Quintana Roo no quiere queso, sino tan solo salir de la ratonera.

Nos esperan tiempos muy difíciles, de sacrificios y esfuerzos, pero en la entidad, aunque lánguida y lejana aún, se vislumbra una salida.


HELADA MADRINA

En unas pocas horas podremos profundizar en las posturas del gobierno de Carlos Joaquín sobre la inédita crisis que azota a nuestro estado –claro: en un contexto internacional y nacional muy negativo– y conocer en detalles más precisos las estrategias que el mandatario llevará a cabo para afrontarla que, esperamos, parafraseando a Monsiváis– documenten nuestro relativo optimismo, expresado líneas arriba.

El de hoy puede ser el informe de gobierno más importante del presente sexenio, y no lo será tanto por lo hecho en el año sino por lo que se anunciará para el último tercio del gobierno de Joaquín, periodo de dos años en el que irremediablemente pasará a la historia para bien o para mal, dependiendo de lo que haga o deje de hacer en los albores de la era post-pandemia que corresponderán al cierre de su ejercicio gubernamental.

No se trata de inventar el café con leche ni de descubrir el agua tibia, pero en esta ocasión, sin el típico acto protocolario y el tradicional festival de la clase política, la empresarial y de los más encumbrados personajes de la vida pública encabezado por el gobernador, será más importante el mensaje sobre las estrategias a seguir que el rito, el “cebollazo” e incluso la información sobre lo realizado durante el periodo.

Este, el cuarto, puede ser el mensaje político anual más importante que un gobernador quintanarroense haya pronunciado jamás. La expectativa, pues, es mayúscula.


HOMÚNCULOS

Sí: hay que ser optimistas. En una de esas la experiencia de un informe de gobierno sin invitados de elite y señoras encopetadas con asientos numerados exclusivos como si de la Ópera de Paris se tratara pudiese sentar un precedente para acabar para siempre con el boato anual de un acto que debiera ser meramente republicano y no un oneroso agasajo para poderosos, encumbrados, consentidos, cuates, barberos, buscones y gorrones. Aunque sea algunas cosas buenas debiera dejarnos el embate de la enfermedad del covid-19.

Bueno: ¡se vale soñar!


GRILLOGRAMA

Les aguaron la pachanga…


Lo siento: aunque suene duro

Con ganas del besamanos

Se quedaron los fulanos

Pues en juego está el futuro


columnacafenegro@gmail.com

Who's Behind The Blog
Recommanded Reading
Search By Tags
Follow "THIS JUST IN"
  • Facebook Basic Black
  • Twitter Basic Black
  • Google+ Basic Black

Presentado también en

 ¿Te gusta lo que lees? Dona ahora y ayúdame a seguir elaborando noticias y análisis. 

Donar con PayPal

© 2023 por "Lo Justo". Creado con Wix.com

bottom of page