Turismo: semana negra
- Óscar González Ortiz
- 23 mar 2019
- 3 Min. de lectura

Acostumbrados a comentar buenas noticias respecto a la industria turística, la semana que está terminando nos sorprendió con una seguidilla de informaciones preocupantes tanto a nivel nacional como referentes al estado de Quintana Roo. Lo peor es que en las semanas precedentes las malas nuevas abundaron como nunca antes lo habíamos visto.
Primero, nos enteramos de que el Instituto Mexicano para la Competitividad encontró que el proyecto estrella de Andrés Manuel López Obrador, el Tren Maya, podría costar entre cuatro y 10 veces más de lo que estimó el gobierno federal, amén de que su operación no sería rentable en absoluto, significando a la larga una subvención más bien monstruosa que iría a cargo del erario, es decir con coste al dinero público de todos los mexicanos.
El Imco determinó que no existen estudios que sustenten las previsiones del proyecto y que los factores costo estimado, aforo, densidad poblacional, conectividad, uso principal de las vías y competencia con otros medios de transporte existente no fueron tomados en cuenta por el Fonatur y la Sectur, que sí andan volando en un viaje de LSD.
El costo que calcula el confiable centro de investigación va de los 480 mil millones de pesos y pudiera llegar hasta un billón 600 mil pesos, cifras que nada tienen que ver con los 150 millones de pesos que se sacaron de la manga el secretario de Comunicaciones y Transportes Javier Jiménez Espriú y el titular del Fonatur Rogelio Jiménez Pons, quienes a su jefe de inmediato le reiteraron que el traje nuevo del emperador está a la medida y que la hora es “la que usted ordene, señor presidente”. No tenemos Consejo de Promoción Turística de México precisamente para financiar este proyecto con el impuesto al hospedaje, que en vez de beneficio significará un gravoso costo.
Después, el secretario de Turismo Miguel Torruco Marqués dio a conocer, así como si fuese cualquier cosa, que México cayó del sexto lugar mundial en recepción de visitantes al séptimo, supuestamente porque Turquía se puso las pilas y nos hizo a un lado. Sabemos que no fue así, y el fresco ministro lopezobradorcista incluso advirtió que pudiéramos bajar dos puestos más en el ranking de la Organización Mundial de Turismo… más lo que se acumule en el sexenio. Claro: se entiende que después del histórico ridículo que hizo en la feria de Berlín con el standy la delegación de México, hazmerreír global –no es retórico: hubo burlas expresas y muy crueles–, a Torruco ya le tenga sin cuidado lo que pase con la industria turística mexicana.
Pero lo más grave para Quintana Roo –y en este caso, para ser justos, es más herencia del último año del gobierno de Enrique Peña Nieto, aunque al actual no se le ven arrestos para corregir el rumbo, pues no sale de su alucinado trenecito peninsular– fue que el indicador de inversión extranjera directa (IED) se desplomó estrepitosamente el año pasado a un 50 por ciento con respecto al año 2017.
La cadena mallorquina Iberostar –una de las cuatro grandes baleares del turismo mundial y gran inversora en Quintana Roo, de las familias Fluxà-Roselló– ya advirtió en Cozumel que, entre otras causas, por la inseguridad en el estado, ya no invertirá un solo peso –un duro, pues– en Quintana Roo. Súmele el lector la advertencia (warning) nacional de Estados Unidos para ni viajar a México…
¡Así nos pinta!
HOMÚNCULOS
Ya ni los líderes y franquiciatarios de los partidos políticos tienen segura una diputación local, pues la ruta plurinominal ha cambiado para su perjuicio pero para bien de la democracia: según el Capítulo Sexto, del Cómputo y de la Asignación de Diputados de Representación Proporcional, de la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Quintana Roo, las 10 curules de representación proporcional se distribuirán según la lista de cada partido, pero también entre los candidatos perdedores con mayor votación.
El primer diputado plurinominal será el primero de la lista, pero el segundo será el candidato no ganador más votado en el estado; sucesivamente se vuelve a la la nómina y después a los resultados distritales. Para poner un ejemplo: el aguerrido y trabajador Arturo Castro Duarte, eterno aspirante a cargos de elección que siempre ha sido marginado, en términos prácticos no tiene ninguna posibilidad de llegar a la cámara, pues está en tercer lugar de la lista del Morena, lo que significa en realidad que es el quinto en la fila para convertirse en inquilino del recinto de Punta Estrella. Es virtualmente imposible que el partido mayoritario en el país obtenga cinco diputaciones de representación proporcional. Así les pinta a todos los partidos, amén de que se ve difícil de que alguno de los dos nuevos siquiera conserven su registro al alcanzar tres por ciento de los votos.
Se cierran puertas para los vividores y se abren para los aspirantes que hayan gastado las suelas de sus zapatos.
GRILLOGRAMA
Portazo a los oportunistas...
Se pusieron ya cañones
Las condiciones señores
Para que estos vividores
Sean diputados hue...
columnacafenegro@gmail.com