La golpiza que nos marcó
- Óscar González
- 6 dic 2018
- 7 Min. de lectura

(COLUMNA EN NOVEDADES, CLIC EN IMAGEN). El escándalo por la cobarde agresión a una cantante de ascendencia cubana muy estimada en Chetumal por su trabajo desarrollado precisamente en al restaurante de la familia del atacante fue el todo en el comento local. La terrible golpiza que sufrió Addisbel Puopo –perdón si no escribimos bien su nombre: en cada nota es diferente– hizo no solo nota, sino tema de conversación muy intenso en la capital del estado, donde los asuntos del machismo, la violencia doméstica y la delincuencia contra la mujer se pusieron en palestra.
Un joven que todos considerábamos muy pacífico y hasta atento y agradable acabó siendo objeto de la enfermedad mental de los celos y atacó brutalmente a quien fuera su pareja sentimental y por muchos años cantante y animadora del restaurante Forasteros, de gran tradición chetumaleña. Ningún atenuante o justificación caben aquí: la violencia criminal que nos estremeció debe ser perseguida y castigada con máximo rigor, pero el furor irracional de un par de pseudofeministas ya rebasó con mucho a la razón, y lo peor es que las señoras que lo promueven lo hacen por protagonismo y ganancias espurias.
Una pseudoperiodista y una falaz y rabiosa activista convocaron en redes sociales al linchamiento del padre del agresor de la mujer, como si él hubiera sido el atacante. La artista cubana de nacimiento cantó durante muchos años en el local, y eventualmente se relacionó sentimentalmente con su atacante. Ese es su asunto, y a nadie debe importarle, pero las nenas dizque feministas se agarraron de ahí para linchar a la familia de restauranteros.
Espantosa irresponsabilidad: el restaurante Forasteros tuvo enfrente una absurda manifestación y ya fue vandalizado con pedradas y otros ataques: la periodista y la activista pseudofeminista ya tuvieron sus minutos de gloria: qué personas tan enfermas y desajustadas,
Graciela Machuca y Érika López, que enderezaron un ataque rapaz contra una persona que por cierto se encarga personalmente de la atención médica de la víctima. El empresario en comento, bajo la incitación de estas señoras tan oportunistas, ha sido víctima de la iracundia clasista de personas que si no pueden pagar unos tacos en su restaurante no es su culpa. Ellas sí pueden solventar cuentas en restaurantes y lo hacen muy frecuentemente, como nos consta. Estamos totalmente comprometidos con la denuncia contra el agresor de esta inocente mujer. Queremos que se haga justicia y que se castigue al responsable con el máximo rigor, pero rechazamos enérgicamente la acción de estas tipas que buscan victimizar a personas que ni la deben ni la temen, tal cual sería el padre del golpeador.
Qué personas tan funestas. No tienen ni la más remota idea de lo que hablan. A las irresponsables promotoras del linchamiento del colectivo Forasteros no les importa un cacahuate el empleo de las familias que dependen del por cierto muy buen restaurante. Hay que lucirse, Graciela, Érika. Lo demás no importa. Qué personas tan malas, tan inconscientes y tan nefastas. Con tal de salir en el periódico hacen de todo, y lo peor es que algunos colegas las respaldan.
HELADA MADRINA
Publicamos aquí, en Café Negro, una brillante crónica taurina del escritor Pedro Flota Alcocer. Va para nuestro Novedades,
(CRÓNICA TAURINA DE PEDRO FLOTA DE LA TEMPORADA GRANDE EN LA PALZA MÉXICO). El primero de la tarde salió arrancando suspiros de esperanza ante su trapío y alegría, negro entrepelado, cornivuelto y amplio de pitones se quedó fijo con el torero al primer cite de capote aunque perdiendo prontitud y mostrándose un poco tardo ante el caballo para luego encelarse con el peto. Banderillas para cumplir sin brillantez ni agilidad ni lucimiento. Con la muleta el torero español luchó contra el viento y contra un toro que se caía en su emotividad pero al que bregó con talento y suavidad, logró que humillara su cabeza aunque sin lograr tandas templadas. Torero voluntarioso y con herramientas artísticas pero con toro áspero, hizo lo que se pudo. Faltó lo excepcional.
Una estocada ligeramente caída fue suficiente para terminar un trámite para que no pasará al recuerdo.El segundo de la tarde tocó al Payo. Negro cornivuelto salió suelto por su lado natural, con el capote rebrincaba y el Payo lo intentaba templar. En el caballo el toro respondió pero al sentir la puya se rajó y salió de la suerte, el Payo no quiso darle más castigo, buena decisión. Las banderillas fueron deshonrosas o quizá los banderilleros fueron incapaces, pero vimos los tres pares pero ejecutados de la temporada.
Empezaba la faena de muleta cuando el toro hizo por el torero y lo mandó a la arena y luego a la enfermería, con valentía volvió al ruedo el torero pero ante un toro ya avisado y cada vez más peligroso, queriendo terminar con el trance doloroso pinchó tres veces y luego logró una estocada estocada insuficiente y otro pitonazo, o hondo y caído, y un toro amorcillado terminaron de deslucir una faena que no debió terminar así. Pitos estruendosos.Esta faena fallida nos mostró el fondo de esta milenaria fiesta entre el hombre y el toro y que no es más que el peligro y la fuerza del animal.
El toro llamado Dn Ramón no era fácil, el torero no le pudo, el animal desarrolló sentido y se defendió peleando hasta hacer ver mal al torero y mandarlo a curaciones mientras se quedaba en el ruedo dueño y señor victorioso, vendió cara su vida y nos recordó que el toro manda en esta lid.El tercero de la tarde tocó a Sergio Flores, figura en ciernes. Con el capote cumplió discreto y el toro en los caballos también. En banderillas seguimos padeciendo lo malo excepto por un excelente par colocado por un muchacho llamado Fernando García al que habrá que seguir. Con la muleta Sergio Flores comenzó con una tanda exploratoria de buenos aromas, en la segunda el toro comenzó a quedarse pero Sergio tiraba de él y aunque el toro rebrincaba también humillaba por ratos y esa condición se hizo más frecuente hasta romper a más en el toro y entonces alcanzar a bordar una faena hermosa y emotiva. Al final de la faena el toro estaba hormado de cabeza y pasaba y pasaba con bravura. Una estocada trasera y dos descabellos terminaron esta faena que pudo ser más.Con el cuarto toro reiniciamos las ilusiones. Diego Urdiales lo saludó con un aseado lance de capote. En la suerte de varas el matador entendió que el toro no debía ser quebrantado en demasía y el quite del torero español demostró lo correcto de su juicio aunque el toro lo desarmó. En banderillas se mejoró como si se les hubiera llamado la atención a los subalternos. En el tercer tercio, el de la verdad, el matador trataba de justificar su cartel de triunfador en las plazas de primera de España, el toro se apagaba pero el torero insistía, sacó pases naturales de muy buena factura a base de porfiar ante un toro que cada vez se fijaba más en la arena, trincherazos, naturales, los vimos pasar sin transmitir, otra vez pudo más el toro que el torero. Otra vez los pinchazos demeritando un oficio que se llama ¡MATADOR de TOROS!
El quinto toro correspondió lidiarlo a Diego Urdiales en su carácter de primer espada y ante la incapacidad física del Payo de cumplir su compromiso. Toro muy en de Xajay, serio, cornivuelto y alegre en su salida. En los caballos el toro se aplicó con enjundia y el varilarguero mostró su oficio al recibirlo con fuerza y valentía y castigarlo sin demasías. Las banderillas siguieron a más sin llegar a la perfección pero cumpliendo. Con la muleta Urdiales siguió mostrando cosas buenas pero, de alguna triste manera, sin emocionar, sin conectarse con los tendidos despoblados y ante un toro que no fue la gran cosa pero que tenía nobleza, que pasaba sin resabios y volvía pronto con cierta bravura. De la suerte de matar, mejor ni hablar. Pinchazo y estocada trasera con oficio pero tramposa. Seguimos viendo más toros que toreros.
Con el que cerró plaza, Sergio Flores sacó a relucir su repertorio de verónicas hondas y perfumadas, en un comienzo de faena que prometía por el toro y el torero. En el encuentro de toro y picador vimos la razón y el sentido de esta suerte, al toro empujar con raza y al varilarguero resistir con valor y fuerza, al torero realizar un quite hermoso, a los banderilleros asomarse al balcón y juntos, nos regalaron un pedazo de arte que no habíamos visto en la tarde. En el tercer tercio Flores comenzó con poder en la muleta y entendimiento en la cabeza para esperar al toro que se mostraba cansado, pero le dio tiempo y en esa pausa impuso su mando aunque el toro, de pronto, se paraba, pero el torero también se mantenía fijo y así logró conectar con los tendidos, entendió a su enemigo y el toro, a su vez, ennobleció a su matador con su bravura. Ambos nos dejaron asomarnos a esos sentimientos de angustia y euforia que se logran cuando se funden el riesgo y el arte, la valentía y la fiereza, cuando se ejecuta la fiesta de toros. Terminar con unas manoletinas ajustadas fue un colofón emotivo previo a un pinchazo ejecutado con verdad pero pinchazo al fin. La segunda estocada debió ser la primera, entregándose en la suerte como debiera hacerlo siempre un matador de toros. Una oreja creo que barata lo hace el triunfador de la corrida.En resumen, una corrida de la que se esperaba más, un encierro dignamente presentado, tres toreros que lo intentaron pero que, de dispareja manera, cumplieron y los jueces... pues siguen de barata.
HOMÚNCULOS
Es muy importante seguir los temas mal llamados “de género”, pero pues la defensa de la mujer y las personas vulnerables es necesaria. Esta incitación a la violencia por parte de un par de mujeres enajenadas no fue buena: acabó en vandalismo contra un restaurante que no tiene ninguna culpa en el acto delictivo al que estas señoras Machuca y López irresponsablemente pusieron en la mira de la turba.
Qué personas tan malas, tan enajenadas para atacar a la gente, a las personas que trabajan, que buscan salir adelante. Las señoras solo quieren salir a la luz, lucirse, verse el las planas. Guácala.
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