Cotos de poder fácticos, desahuciados
- Óscar González
- 15 abr 2018
- 4 Min. de lectura

(COLUMNA IMPRESA EN NOVEDADES, CAFÉ DOMINCAL. CLIC EN IMAGEN). Luego de que hace casi una semana el gobernador Carlos Joaquín González lanzara la propuesta de que el regreso de Uber a Benito Juárez se hiciera durante las elecciones del 1 de julio operadas por el Instituto Electoral de Quintana Roo, los taxistas –cabe decir: los jeques de los mal llamados sindicatos– enseñaron materias más corrientes más que el cobre, hasta llegar a la podredumbre de una conducta antisocial consistente en insultos y amenazas de violencia. Furibundos, aparentemente fuera de control, rechazaron que sea la población la que decida si quiere que opere el servicio por aplicación de dispositivo inteligente o no.
O sea, señores caciques del volante –que no son conductores–, ¿aquí no importa lo que quieran los cancunenses, sino únicamente sus espurios intereses. Ahora se ven sorprendidos porque el gobernador no esté dispuesto a comprarles su supuesto activismo electoral para los comicios venideros, y en cambio decide –de manera inédita, pues a pesar de tener varios años de existir en nuestro corpus legislativo estatal, recién relanzasda el 24 de marzo, ninguna de las figuras de consulta había sido utilizada antes– ciudadanizar una decisión que compete a toda la población.
¿Qué no era siempre la queja por el autoritarismo del gobierno del estado, del sistema monolítico que decidía sin más, con base en un poder constitucional sobrepasado por la ciudadanía y en mayorías políticas de pacotilla, que se imponían en el congreso.
Ahí lo tienen: ahora, ¿cuál es la queja? El asunto de las plataformas digitales para el transporte de pasajeros de alquiler no es en el fondo lo más importante, y si todo sale bien será un primero de muchos ejercicios democráticos en los que la ciudadanía le arrebata a un poder fáctico un coto que antes le era indisputable. Parafrasearemos a Haidé Serrano Soto, que presentó al secretario de Gobierno Francisco López Mena en una rueda de prensa en Chetumal: “Este es un hecho histórico en la vida democrática de nuestro estado; el mismo día de las elecciones, la gente de este municipio de Benito Juárez de Quintana Roo se pronunciará y decidirá sobre este tema. Un ejercicio sin precedentes que marcará un antes y un después en la forma cómo toman las decisiones ciudadanía y gobierno”.
En verdad puede no ser menos que eso. Es evidente que habrá cuestiones que, exempli gratia, por su complejidad o especialización no pueden someterse al buen juicio del pueblo, pero decidir si se quiere contar o no con la competencia de Uber y similares desde luego que es algo que el ciudadano común puede decidir.
Aquí lo verdaderamente crucial será la atinencia de la ley de movilidad con la problemática real, porque si buen hemos dicho de los taxistas que son caciques amafiados la verdad es que Uber en el mundo ha demostrado también actitudes en extremo arbitrarias, pretendiendo ignorar soberanamente leyes y reglamentos nacionales y locales, al grado de que no son pocas las ciudades de las que ha sido desterrada la plataforma.
Eso es otra cosa: pero la decisión prístina, el sí o el no, puede tomarla muy bien la gente que viste y calza en las calles de Cancún.
LA DICHA INICUA…
Alguien le puso en español Atrapado sin salidaa la película One Flew Over the Cuckoo's Nest, que junto con Amadeus dio máxima fama en Estados Unidos al gran cineasta checo Miloš Forman –Oscar a mejor película y mejor dirección, en ambos casos–, pero la que en verdad me apsionó de joven fue la comedia musical contestataria Hair. El CUC, Centro Cultural Universitario era un espacio cultural adosado a Ciudad Universitaria por el lado de Copilco que administraban padres jesuitas que a su vez nos administraban a jóvenes desde secundaria hasta profesional fuertes dosis de cultura progresista, de izquierda pues. Sitio de hippies tardíos que aún no habíamos degenerado en hipsters. De El acorazado Potemkin de Sergei Einsenstein a The Kids Are Alright con The Who, entre Ingmar Bergman y Andrzej Wajda de vez en cuando pasaba este canto cinemetrográfico a la paz y el amor. Entre las reseñas y comentarios vistos a vuelo de pájaro ayer por el fallecimiento de Forman no vimos referencia a esta obra maestra, opacada desde luego por las grandes ganadoras de la estatuilla de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood.
El musical es de 1967 –la película con John Savage es de 1979– y se desarrolla en Nueva York –la mayor parte en el Central Park– justo en aquel año de fuerte reclutamiento de jóvenes estadounidenses para la guerra de Vietnam.
La música, las coreografías, las actuaciones, la dirección de arte y los vestuarios son extraordinarios, pero el espíritu rebelde, transgresor –el mismo tono de Atrapado sin salida y de Amadeus– es lo más valioso. A Hair de Miloš Forman le debemos una de las novias más guapas de la vida, Mariana, hipiosilla pandrosay bastante apestosillam–patchouli era lo más soportable para una educada nariz “totalmente Palacio”–, pero el amor era insoportablemente bueno, tanto que nos sigue visitando en los más sonrientes sueños lúbricos a estas tardías fechas de nuestros 40 y 14 años. A lo mejor ya muertos no nos enteramos de que lo estamos por seguir soñando con ella, ¡Marianita!
Se fue un gran artista, libre y libertario. Rescatamos pues, en su homenaje y como despedida, Hair, pelo, oloroso a mariguana y sol, a flores silvestres del Central Park y a paz y amor, del maestro centroeuropeo.
HELADA MADRINA
Fuerte, dura va a ser la pelea por la presidencia municipal de Benito Juárez. Puede que hayan sido un poco infladas las mediciones que se acaban de dar a conocer, pero algo hay de eso: un portal local estableció que la franquiciataria de Andrés Manuel López Obrador arranca campaña con 11 puntos de ventaja sobre José Luis Toledo Medina, que sale a la lid bajo la triple divisa panista, perredistas y de Movimiento Ciudadano.
Lo cierto es que la abanderada de Juntos Haremos Historia no tiene semanas, meses en campaña, ¡sino años! Desde el anterior proceso electoral era la postulante principal pero por cuestiones un tanto oscuras –lo que no significa que las cuestionemos: sólo que no las entenedemos– no salió del picadero –¡chin!: involuntaria palabra dudosa–; hablábamos en términos hípicos.
Lo que sí es que “Chanito” Toledo, que recién está trocando la seda por el percal, apenas se va a probar en la arena y va por todo.
