Y... ¿tú también Lilí
- Óscar González Ortiz
- 26 ene 2023
- 5 Min. de lectura

(COLUMNA EN NOVEDADES).¡Cuánto entendemos ahora la estoica defensa de funcionarios de los órdenes de gobierno estatal y municipal de los taxistas, con los que no solo se pretende hacer la vista gorda ante las tropelías de los días recientes en Quintana Roo, sino que llegan al cinismo de pedir amorosa comprensión hacia los heraldos negros que nos mandan algunos ignotos y bárbaros atilas desde las gélidas regiones de la América del Norte, conocidas como Canadá! Es que solitos enseñan el cobre ,y a pesar de lo acostumbrado del prístino cinismo de los políticos, no dejamos de quedar anonadados. Ya no les importa un cacahuate transparentar sus corruptelas y cochupos.
Julio César, nacido en el año 100 a. C. es, sin duda, el militar y político de la antigua Roma que más frases célebres nos legó: dijo "La suerte está echada" después de su ilegal cruce del río Rubicón, para iniciar la conquista de las Galias. Ya siendo cónsul y en plena guerra civil contra Pompeyo, el general espetó ante el senado "Vine, vi y vencí" (el famoso Veni, Vidi Vici, que aparece hasta en el escudo de las cajetillas de la marca más famosa de cigarrillos estadounidenses). Pero la más recordada e impactante fue cuando habría gritado sus últimas palabras, al tiempo que era cosido a puñaladas por un grupo de patricios a los que se había sumado su mejor amigo, aliado y entenado: "¿Tú también, Bruto?
Muy apropiada pregunta para inquirir a la presidenta municipal de Solidaridad, la "chilanga" Lil Campos Miranda, sobre su tolondro y fuera de tiempo apoyo a los taxistas del sindicato Lázaro Cárdenas del Río de Playa del Carmen, a los que fue solícita a prohijar, justo en plena crisis por el Uber affaire, pues además, quod erat demostrandum, nos dejó claro que hay muchos políticos en extremo brutos.
Citaríamos a la agencia informativa de alcance estatal que prohíbe por sistema copiar texto de su bermellón portal (por el color generalizado de sus notas, más coloradas que la cabellera de la morenista gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román), pero, como nos da mucha flojera picar en el teclado la nota ad litteram, baste con mencionar lo más importante del idílico encuentro, digno de Franco Zeffirelli, de la primera edil con los chafiretes "organizados", como les decimos por aquí, en estas tierras caribeñas, a los gángsters.
Sin hincarse a la vista de la tempestad, la única concejal ganadora en Quintana Roo de la última elección de alcaldes perteneciente a las gavilla de Carlos Joaquín González, que ahí "gobernó" —o empezó a saquear, junto con su hoy diputada cancerbera, antes todo poderosa secretaria de Finanzas y Planeación y Oficial Mayor, hoy diputada y cancerbera de la impunidad del ominoso exjefe del Ejecutivo estatal en el congreso, Yohanet Teodula Torres Muñoz, hoy congelado en Ottawa como impávido mamut del Pleistoceno—, con el corazón en la mano y los cabellos rubios con raíces teñidas de negro, levemente agitados por el vientecillo de La rosa de Guadalupe, nos pidió con franciscano dejo, ¡ponernos en sus zapatos!
Recién el martes 24 de los corrientes —que, en efecto, lo son harto: no son muy martes, ni muy 24, sino muy corrientes— la munícipe fue a rendir cuentas con sus verdaderos patrones motorizados, a demostrar que no fueron "de a gratis" los votos y que está con ellos, partida hasta mancharse. ¡Santa Cristina Torres: líbrame del mal!, parecía decirles a sus energúmenos compinches, prevaricando, a pesar de las evidencias videograbadoras que se conocen hasta en la Mongolia Exterior, particularmente la de un sujeto de unos 490, kilogramos —ni en Las Ventas, de Madrid, ni en la Plaza México, le pondrían objeción alguna, ya fuere por tonelaje o por bravura—, que intimidó a un operador Uber y mandó saludos a la mamá del reportero tal vez improvisado que gravaba la vergonzante escena, sobre todo para el turismo del municipio, el estado y el país, jurando, bajo palabra de girl scout, que en Solidaridad no hubo agresiones.
Sigue en las mismas la mayoría de los funcionarios municipales, estatales y diputados. El calienta-curul del Morena, presidente de la Comisión de Movilidad de la XIV Legislatura, José María Chacón Chablé, que, a contracorriente de otros legisladores que ya reaccionaron ante la urgente necesidad de adecuar nuestro marco normativo a la resolución, notificada o no, del Tercer Tribunal de Distrito en Cancún, insiste en que los "trabajos" —ojalá tuviera idea de qué significa esta palabra— se llevarían por lo menos cinco meses.
Hay que decir que el petista Hugo Alday Nieto, presidente de la Comisión de Justicia y secretario de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, además de de ser el único que pareció entender las verdaderas implicaciones para el Poder Legislativo de la resolución jurisdiccional les tronó los dedos a sus aletargados colegas, como lo hizo tres veces diputada, ahora bajo el estandarte granate, Mildred Ávila Vera, actual presidenta de la Mesa Directiva y de la muy atinente al caso Comisión de Seguridad Pública, Protección Civil y Bomberos —desde luego: porque menudaean los mandobles y los catorrazos—.
Del Instituto de Movilidad del Estado de Quintana Roo, mejor ya ni hablamos: la conducta omisa, parcial a favor de los furibundos taxistas, el tortuguismo e ineptitud del titular, Luis Rodrigo Alcázar Urrutia, no hacen otra cosa que llevarnos a suponer que el Morena signó con sangre un pacto con las más altas autoridades del averno de la autocracia, que son los sindicatos ruleteros. El chavo entiende menos razones que Gabino Barrera estando en la borrachera, a pesar de que la novedad es que los vándalos del sindicato Andrés Quintana Roo ahora ya la emprendieron hasta contra de los autobuses del servicio público de transporte de pasajeros, Autocar.
HOMÚNCULOS
¿Y si al ramalazo recibido por la alerta de viaje emitida por Estados Unidos debida a los desmanes de los taxistas le agregamos una sanción por desacato al amparo concedido a Uber por la justicia federal, solo porque los intereses de los poderes de Quintana Roo y otros fácticos —si quiere malpensar de los líderes del pasado, malpiense usted— no permiten la entrada en operaciones de Uber, a pesar de que no existe ordenamiento alguno que lo impida? No obra en el corpus jurídico ley o norma alguna, como lo reconoció el mismo abogado Alday —que no es un "lic" que utilizamos en México, de manera similar al adjetivo y sustantivo "doctor" que se usa en Colombia para referirse a las personas "de respeto", sin que tengan algún posgrado o sean médicos: algo equivalente a "señor"—, sino un profesional del derecho, especializado en derechos de autor—, que impida a las personas trabajar brindando un servicio particular de transporte urbano. El Estado requiere de la regulación de esta actividad por gobernabilidad pero, básicamente, para poder cobrar derechos por conceptos tales como el uso de las vías públicas de comunicación.
El golpe sería letal para la entidad si se cayera en el desacato, lo que significaría ilegalidad y esta estaría perpetrada por el gobierno. El daño sería sobre todo para Mara Lezama Espinosa, que desde luego es una gobernadora que no quisiera caer en un quebranto juzgado del orden jurídico, y menos con casi todo el quinquenio que le queda por recorrer.
Mucho ojo. Los adoradores del ruletero, que seguramente no fueron paseados en carreola de chiquitos, se la pueden llevar entre las pezuñas.
Urge.
GRILLOGRAMA
¡Pobrecitos cafrecitos!...
Su cachaza sin duda asombra
La caga, y la caga un chorro:
¡No se trata de un cachorro
Que se orinara en la alfombra!
columnacafenegro@gamail.com
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