Quintana Roo: obra, mejor que dádivas
- Óscar González Ortiz
- 24 abr 2023
- 5 Min. de lectura

(COLUMNA EN NOVEDADES). Cuando la pseudoizquierda se queda en la demagogia, la publicidad y la simulación populista no incide en la economía y, fuera de limosnas que brindan satisfacciones efímeras y consumo precario, lo que para las familias y los emprendedores no significa verdadero progreso y superación, dicho así para evitar las resonancias neoliberales de la palabra desarrollo. Los gobiernos no están para brindar dádivas, sino para propiciar el verdadero crecimiento de la economía o, en otras palabras, para conducir a la sociedad hacia una economía próspera y justamente distributiva.
Una cosa es atender las urgencias de la pobreza y la marginación otorgando satisfacciones urgentes, de primera necesidad, casi de supervivencia —también obligación de los gobiernos, cierto—, y otra es pretender que el bienestar de la gente se sustente solo en la limosna, sin que los recursos públicos ayuden a mejorar las condiciones de infraestructura, bienes y servicios que vayan más allá de la inmediatez.
Por supuesto, el empleo en la obra pública es el primer efecto benéfico de las decisiones de un gobierno con visión planificadora, pero la continuidad que deriva de una práctica del ejercicio de los recursos públicos no meramente asistencialista no solo puede sostener en el futuro las fuentes de trabajo, sino que por los efectos de la inversión rentable que genera el empleo, el comercio y los propios ingresos a la hacienda pública serán crecientes.
El gobierno de Mara Lezama Espinosa en Quintana Roo, sin necesidad de renunciar a los programas insignia de la Cuarta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador en la que ella está imbuida —que ayudan sin duda a resolver las urgencias de la población—, acaba de confirmar que esa visión de mediano y largo plazo es fundamental en su estrategia, y lo hace sin necesidad de inventar, sino en todo caso innovando en la vocación indudable del estado, que es la industria turística.
Este fin de semana la gobernadora anunció el estado de avance de obras de gran dimensión para el crecimiento de la infraestructura de movilidad en la zona norte del estado, especialmente en nuestro principal destino turístico, Cancún, que de entrada se orientan a beneficiar a los habitantes del norte de la entidad, pero que con un enfoque subsidiario a nivel estatal deberán apuntalar beneficios para todo Quintana Roo, así sea en poblaciones no directamente involucradas en la actividad, sin olvidar el hecho de que muchos trabajadores de la construcción son originarios de comunidades rurales o de las zonas más marginadas de nuestras ciudades, de norte a sur.
El bulevar Luis Donaldo Colosio, acceso meridional a la ciudad, lleva ya un 50 por ciento de avance y, en conexión, el distribuidor vial del aeropuerto —segundo más importante del país y primero en operaciones internacionales— presenta un avance del 40 por ciento. El gobierno anunció una fecha de terminación de ambas obras en octubre de este año, lo que seguramente incidirá en que la terminal, las aerolíneas y los mayoristas valoricen aun más a este destino que ya de por sí ha demostrado en los encuentros turísticos nacionales e internacionales del primer cuatrimestre del año un vigor renovado y sostenido, tanto en arribo de visitantes como en derrama económica, logros atribuibles a los empresarios y al gobierno estatal, trabajando de la mano.
El puente vehicular Nichupté —promesa añeja de anteriores gobiernos estatales y federales, solo existente en sueños y maquetas— comenzó con muy buen ritmo: ya está construido el 14 por ciento de la obra. Uno de los principales defectos de la zona hotelera de Cancún ha sido desde hace muchos años el intenso tránsito vehicular en su única vía, la avenida Kukulcán, pero por fin está en marcha una obra que está previsto que entre en operaciones en marzo de 2024.
Por último, aunque no brindará servicios directamente al turismo, beneficiará mucho a la vialidad de la ciudad en la que mora la mayoría de los trabajadores de la industria y es una obra que por supuesto brinda importantes empleos y propiciará la inversión de comercios, la industria inmobiliaria y la de servicios en una zona de la ciudad hasta ahora de difícil acceso: el la avenida Chac Mool se acerca al cinco por ciento de avance y estará terminada en marzo del próximo año.
En un comunicado, el gobierno de Lezama informó que "estas cuatro macro obras suman una inversión histórica de 8 mil 806 millones de pesos que beneficiarán a los habitantes de los municipios de Benito Juárez, Isla Mujeres, Puerto Morelos y Solidaridad, así como a los más de 20 millones de turistas que recibe la zona cada año, generando 10 mil empleos directos y 41 mil empleos indirectos, todo en favor de miles de familias quintanarroenses".
Recordó la mandataria que las obras se enmarcan en el Nuevo Cuerdo por el Bienestar y el Desarrollo de Quintana Roo.
Qué bueno que Mara Lezama no está buscándole tres pies al gato: los proyectos alternativos serán posibles si ahora el esfuerzo se enfoca principalmente nuestra principal industria, que por increíble que parezca tiene mucho que dar… para todos.
HOMÚNCULOS
Por mera curiosidad, ¿cómo se calificaría al régimen que quisiera el presidente López que tuviese México? Republicano, no es: el presidente reconoce —como subordinados, claro— a quienes están totalmente de acuerdo con todas sus decisiones y posturas, y desprecia y descalifica a los que osen ponerles el menor pero, y esto incluye a los poderes Legislativo y Ejecutivo.
Claro que la mayoría simple del Morena y aliados que favorece a López en el Congreso de la Unión y en general en el Constituyente, que incluye a las entidades federativas, hace que la "opinión" presidencial sea algo así como perdona vidas, pero en el caso del Poder Judicial y en concreto del Tribunal Constitucional la inquina y la furia declarativas son francamente rabiosas.
No puede haber una república en la que el jefe de uno de los poderes de un orden de gobierno, en este caso el Ejecutivo Federal, instruya a sus integrantes a ni siquiera contestar el teléfono a los de otro, concretamente el Judicial. De manera cotidiana y en televisión con amplia réplica nacional, el presidente viola el artículo 40 de la Constitución General, que dice que "Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental", al ningunear a todas las instituciones constitucionales del poder público.
Atropella López a todo lo atropellable, con lujo de insultos e irrespeto total a la letra y el espíritu de la Carta Magna, por desgracia alentado por el aplauso de la mayoría de los mexicanos, entre quienes mantiene prácticamente intacta la popularidad que le llevó a conquistar la Presidencia de la República en un país que, de facto, ya no es república.
Cierto es que la Suprema Corte es por naturaleza conservadora, pues su misión es garantizar el cumplimiento del orden constitucional, tal como es al momento de dictar cada sentencia. Los ministros del máximo tribunal del país no pueden cambiar ni la letra ni el espíritu de nuestra ley suprema: esa es prerrogativa única del Constituyente federal, conformada por las cámaras de Diputados y Senadores y los congresos de los estados. Las resoluciones que de este poder de la unión emanen no habrán de ser a contentillo del presidente, pero él parece no estar enterado de este hecho.
Quiso imponer en la corte —como por cierto lo han intentado o hecho sus antecesores, con singular alegría— a una magistrada presidenta que de milagro sigue estando en funciones, a pesar de que la UNAM ha demostrado sobradamente que su titulación fue fraudulenta, luego de haber plagiado su tesis profesional, seguramente por falta de normatividad y antecedentes jurisprudenciales que permitan su remoción, pero el jefe del Poder Ejecutivo ha minimizado dichas "trampitas" de la esposa de uno de sus grandes socios en el poder: el constructor José María Riobóo, como si de una travesura infantil intrascendente y hasta graciosa se tratase.
Tenemos un presidente persistentemente anticonstitucional.
GRILLOGRAMA
Váyanse por un tubo…
Con solo una orden dar
A los jueces se fregó
Pues directo los mandó
Su jefecita a ching…
PD: Hacemos votos por la recuperacón de la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador.
columnacafenegro@gmail.com
EN CHETUMAL...







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