Poder Judicial, erradicando impunidad

(COLUMNA EN NOVEDADES).Durante la gestión de Fidel Villanueva Rivero al frente del Tribunal Superior de Justicia de Quintana Roo como magistrado presidente, durante el oscuro periodo del 8 de agosto de 2011 al 7 de agosto de 20017, casi nos acostumbramos a que los juzgadores y demás integrantes del Poder Judicial no se les podía tocar ni con el pétalo de una investigación, no obstante que existieran denuncias, indicios y dudas que apuntaran hacia la comisión de actos corruptos o por lo menos equivocados. La instancia responsable –el Consejo de la Judicatura, que presidía el mismo togado– no solo se hacía de la vista gorda, sino que cobijaba sin cuestionamientos el desempeño de los tribunales y juzgados.

No había por qué sorprenderse, y a nadie extrañaba el desempeño plagado de injusticias precisamente de los encargados de administrarla: el periodo en cuestión se caracterizó, en la opinión de muchos profesionales del derecho, la opinión pública y los medios de comunicación, por escandalosas corruptelas cometidas por su mismísimo titular, de quien no creemos que fuese tan maternal con sus compañeros de trabajo precisamente por encomiables sentimientos humanitarios, sino porque creó una red de complicidades que cada vez tenían más comprometido al todavía magistrado.

En un comunicado oficial fechado el día 8 de los corrientes, el Poder Judicial a través del Consejo de la Judicatura, confirmó que el juez de control de la Solidaridad, Diego Manuel Peniche Caro, quedó suspendido de sus funciones debido a que se le sigue una investigación por una denuncia presentada por la Fiscalía General del Estado “por la comisión de diversos actos irregulares en el desempeño de sus funciones”, iniciándose entonces el proceso de responsabilidad administrativa ante el Juzgado Interno, que es el encargado de sancionar las faltas de los servidores públicos del Poder Judicial.

Textualmente, el Poder Judicial advirtió que “no tolerará que ninguna servidora o servidor público realice acciones que fomenten la impunidad, o que dejen en desamparo los derechos de las víctimas; esto en apego a la normatividad y los tratados internacionales en materia del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

LA DICHA INICUA…

El magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura, Antonio León Ruiz, no solo se ha mantenido alejado de la venal conducta de su predecesor, sino que está aprovechando al máximo su gestión para elevar la calidad y eficiencia de la justicia en Quintana Roo,

Una respuesta contra la inercia de ineficiencia y corrupción es la capacitación y la educación de los profesionales del derecho: se informó que, con el objetivo de garantizar la calidad en el servicio del sistema judicial a través de profesionistas preparados en las principales reformas a las normas jurídicas, el Poder Judicial entregó sus documentos profesionales de titulación a los egresados de la maestría en Derecho Judicial en la zona norte.

Antonio León indicó que “esta primera generación es el resultado de un arduo trabajo del Consejo de la Judicatura para estructurar el financiamiento, así como el desarrollo del plan de estudios y de las acciones para el fortalecimiento organizacional y administrativo a la Escuela Judicial”.

El también maestro en derecho agradeció a las personas que a través de su esfuerzo hicieron posible que hoy se pudiera concretar la profesionalización de los servidores públicos pertenecientes a las áreas jurisdiccionales y administrativas del Tribunal Superior de Justicia para un mejor desempeño de sus cargos, “consolidando exitosamente el eje seis del Programa para la Impartición de Justicia 2017-2022, en beneficio de la sociedad quintanarroense”.

Llama la atención que la necesidad e intención de capacitarse durante la presente gestión en el Poder Judicial ha llegado a todos los niveles de su estructura, pues la ceremonia de entrega de títulos, que contó con la presencia de las magistradas Mariana Dávila Goerner, Adriana Cárdenas Aguilar, y los magistrados Gustavo Adolfo del Rosal Ricalde y Carlos Alejandro Lima Carvajal, quienes también formaron parte de esta Primera Generación.

Bueno, pues como decían los abuelos, por lo menos que los funcionarios judiciales se mantengan ocupados en actividades provechosas para ellos, la institución y la sociedad quintanarroense… y así no caigan, por ocio, en la tentación de tomar caminos errados, lo cual, luego tener a la justicia por la Calle de la Amargura, ya ha dejado de ser la norma para convertirse en excepción.

HOMÚNCULOS

Cuando fue elegido para presidente municipal de Othón P. Blanco, era de todos conocido que el caballeroso exedil Hernán Pastrana Pastrana había dejado atrás sus mejores –excelentes– días como político y servidor público. Con todo y el cariño que le siguen teniendo las generaciones que guardan memoria de su muy reconocida gestión, especialmente recordada y aplaudida por haber fundado el zoológico Payo Obispo y a pesar de no contar con una edad tan avanzada (79 años, al morir cuando poco antes había renunciado al cargo), su deteriorada salud y su alejamiento de la intensa y exitosa trayectoria que lo caracterizaron, dejaron claro que las nuevas generaciones que forman al Morena, su partido, votaron por Andrés Manuel López Obrador y no por él. El segundo periodo, que no pudo completar quien fuera el segundo alcalde de Chetumal fue, de facto, honorífico.

Un personaje, por demás torvo y oscuro, de paupérrimo currículum político, suplente de Pastrana, se convertiría una maldición para los capitalinos y, de paso, en una bendición para Moisés Pacheco “el Hueso” Briceño, que ya respira en paz, pues cargaba con el deshonroso título de peor presidente municipal desde que el ínclito y, al igual que su gratamente recordado sucesor Pastrana, muy querido Mariano “Many” Angulo Basto ocupara el cargo por primera vez en 1975.

Pésimo manejo político-institucional, ineptitud administrativa sin parangón, desfalcos inverosímiles y una corrupción rampante –hoy varios medios dan cifras escalofriantes para una ciudad más abandonada que la Comala de Rulfo–, aunque el electorado, increíblemente, volvió a votar por san Andrés Manuel y el Morena.

Ojalá que la bisoña próxima alcaldesa Yensunni Martínez Hernández, quien a pesar de contar con una trayectoria y origen tan extraños y desconocidos como su nombre de pila, ganó la presidencia municipal merced a la inmensa popularidad que el presidente López conserva a pesar de yerros y descalabros, empiece por investigar a su facineroso predecesor, ofrezca a la Contraloría y en su caso a las autoridades ministeriales los resultados y evite como a la peste bubónica emularlo y brinde a la sufrida población capitalina un remedio para sus crónicas dolencias.

GRILLOGRAMA

Listos, la pira y el patíbulo…

Si Otoniel Segovia fuera

(Que por ventura no soy)

En este instante me voy

Pues ya calienta la hoguera