Otro plan de desarrollo a 25 años

Sin duda se agradecen las buenas intenciones de los actores para la instalación del Comité de Planeación Estratégica para el Desarrollo Sostenible del Estado de Quintana Roo contemplado en la Nueva Ley de Planeación para el Desarrollo Estatal y supuestamente surge de un mecanismo parlamentario abierto entre la sociedad civil, con el respaldo de más de 50 cámaras y organizaciones de la sociedad civil locales y nacionales, para lo cual a principios de la semana pasada se entregaron nombramientos y se instaló el Comité de Planeación Estratégica para el Desarrollo Sostenible del Estado de Quintana Roo.

Lo cierto es que apenas nos enteramos por alguna nota perdida por ahí: no fue un acto que encabezara la gobernadora Mara Lezama Espinosa ni tuvo difusión por los canales oficiales, particularmente la Dirección de Comunicación Social, que ha logrado muy buena penetración en los medios de comunicación. No parece tratarse de una estrategia prioritaria, pues no estuvo en la agenda de comunicación oficial de ningún poder ni orden de gobierno.

Pero no es la primera vez que se lanza una estrategia de desarrollo a mediano y largo plazos, concretamente con un término de 25 años. El gobierno de Joaquín Hendricks Díaz hizo lo propio, con el muy publicitado y hasta pomposo Plan Estratégico de Gran Visión 20-25 de Quintana Roo, con toda la carne en el asador y enorme convocatoria, pero que a fin de cuentas no llegó a nada y desapareció al poco tiempo de la conclusión de aquella administración sin dejar la mínima huella.

Si fuésemos optimistas, pudiéramos pensar que el plan que auspicia el gobierno de Lezama no ha sido tan cacareado porque no es un tema principalmente político y de promoción gubernamental, como se manejó aquel, sino más bien de coordinación para el desarrollo.

El gobierno que siguió al de Hendricks, encabezado por Félix González Canto, que fue postulado en contra de la voluntad del primer gobernador quintanarroenses del milenio, fue naturalmente casi iconoclasta: de por sí aquel era profundamente impopular, contrastando con su antecesor, Mario Villanueva Madrid, muy querido por el pueblo y la clase política, por lo que durante su ejercicio y una vez concluido este sus iniciativas, buenas o malas, fueron duramente criticadas y rechazadas, símbolo de lo cual fue el corredor escultórico de Chetumal, hoy casi desaparecido y con la horripilante ”mega escultura” que, totalmente inútil, permanece ahí afeando la bahía.

No creemos que el plan recién lanzado sea muy distinto al de Hendricks, pues en este país este tipo de proyectos provienen casi siempre del mismo lugar más, en la presentación la secretaria de Gobierno Cristina Torres Gómez y del titular de Finanzas y Planeación Eugenio “Gino” Segura Vázquez se refirieron a la estrategia como inédita, no sabemos si ignorando la historia de los gobiernos locales o de plano con intenciones de engañar, pero es lo de menos.

Lo que sí les creemos a los funcionarios “maristas” es que con toda seguridad el actual plan subsanará quizas algunas de las deficiencias que tuvo su antecesor, particularmente la falta de participación de la sociedad en su confección, pues aunque los gobiernos siempre dicen eso ahora se asegura que la intervención ciudadana y de las organizaciones de la sociedad civil fue toral. Ya veremos, y aguardaremos con el mejor de los ánimos para que esta vez sea cierto. Esto dijo Gino Segura:

El secretario de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN), Eugenio Segura mencionó que “el objetivo principal es que la ciudadanía reconozca el Plan Estratégico como propio, que lo adopte y le dé seguimiento, para lo cual son necesarios esquemas novedosos para cambiar la impresión actual, por lo que se tomará en cuenta las opiniones de los ciudadanos en general, y no de ciertos grupos en particular”.

Abundó en que “este ejercicio inédito para el Estado debe ser el reflejo de todas y cada uno, cada una de las voces de las y los quintanarroenses y no sólo de un grupo pequeño, no solo por el Gobierno, es por ello que este proceso está siendo acompañado por organizaciones de muy alto nivel internacional”.

No es solo desearle mejor suerte a este plan, que los funcionarios de marras presentaron como inédito sin serlo de ninguna manera, acaso para disimular el tremebundo fracaso de su antecesor, pues tendrá mucho mejores perspectivas de fructificar si realmente se ciudadaniza como se plantea, y no solo se presenta ante los ciudadanos como atracción de circo.

Nos parece bien —muy bien— que el gran proyecto de desarrollo no se haya utilizado como publicidad gubernamental, pero su promoción entre los agentes económicos y la ciudadanía deberá ser tal que Quintana Roo lo adopte y no suceda como en el sexenio de Hendricks, que siendo un plan muy bueno fue desechado porque los quintanarroenses jamás lo adoptaron.

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A lo seguro…

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