El Morena revivió su innato priismo
- Óscar González Ortiz
- 12 jun 2023
- 5 Min. de lectura

(COLUMNA EN NOVEDADES). Luego de una semana de zozobra, al fin se definieron de manera general las reglas del juego para la elección del candidato presidencial de la coalición en torno al oficialista partido Morena. Fue, como en los viejos tiempos posrevolucionarios: el tlatoani quien, portando la égida, decidió frente a un nutrido coro de morenistas cómo, cuándo y dónde el sucesor sería ungido, con la expresa y rotunda advertencia de que no se tolerarían divergencias, que se entiende de una dulce palabra que a la vez es una tremebunda advertencia: ¡unidad!, esta que coreaban todos los priistas cuando el encargado vitalicio de dar el anuncio, el valetudinario líder obrero Fidel Velázquez Sánchez a quien en los últimos actos ya le tenían que indicar ebn dónde estaba la audiencia y en donde la gigantesca mampara tricolor con las tres letras que durante 71 años fueron sinónimo de México: un tiempo —el del fundador Plutarco "el Turco" Elias Calles—, PNR, y luego y en ese entonces al parecer para la eternidad, las inefables siglas del PRI. Igualito, reloaded, con mínimos cambios de protocolo pero no de fondo. Puede uno deshacerse de una esposa latosa, de un cobrador más insistente que los avemarías de un rosario y hasta de cada vez más tipos de cáncer, pero el dinosaurio monterrosiano, al despertar de la 4T, segura ahí, gozando de cabal salud.
En Quintana Roo —como en casi todo el país— prevalece la impresión de que la preferida in pectore —y a veces hasta de viva voz— de Andrés Manuel López Obrador y de la gobernadora Mara Lezama Espinosa para que sea su sucesora es la que —depende del momento en que usted nos brinde el favor de su lectura— es o fue la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, pero si acaso de manera ilusa pensamos que arranca un proceso lícito de selección para el Morena y adláteres quizá sería mejor no precipitarse, pues cada quien vio lo que quiso ver tras la cena en El Mayor —tradicionalísimo cenáculo en cuya planta baja está la legendaria librería Porrúa, muy cercano Templo Mayor y al Palacio Nacional, la costosísima morada presidencial desde que el inquilino rechazó vivir en la residencia oficial de Los Pinos, por "fifí"— la noche después del triunfo indiscutible —aunque no apabullante; ni siquiera tan holgado, pero sí muy claro— de Delfina Gómez Álvarez como gobernadora del Estado de México, pero poco lo que se dijo: el mandatario pidió unidad —remember PRI, dear readers?—.
Siempre nos pareció desafortunado y hasta grosero el sustantivo "corcholatas" —solo Gerardo Fernández Noroña, que en muy pocas ocasiones y de manera por demás forzada ha sido considerado entre estas, cual "patito feo" que es, se atrevió a criticarlo y lo rechazó para sí— que impuso Andrés Manuel López Obrador para referirse a los aspirantes a sucederlo en la presidencia de la república —al menos según sus personalísimos gustos, simpatías y deseos, sin mediar medición o competencia alguna—, pero para la prensa este horrendo nombre llegó para quedarse, lo que esperamos tenga vigencia solo para el presente proceso político nacional, que simbólicamente arrancó justamente estos días de asueto para el común de los mortales pero de intenso frenesí para los políticos de la Cuarta Transformación, que por cierto parecen cada vez más los únicos presentes en la arena de la justa por la presidencia, ante una oposición más inexistente que el caballero de la narración de Italo Calvino, cuyo nombre no enunciaremos porque consta de 20 palabras y nuestro espacio es muy prieto.
Marcelo Ebrard Casaubón fue el primero en renunciar a su cargo público —secretario de Relaciones Exteriores, tradicionalmente considerado el segundo más importante del gabinete pero con mucho menor presencia al interior que el de Gobernación, el primero, que también aspira, Adán Augusto López Hernández, quien por más que los medios afines y el propio presidente intenten ocultarlo es notablemente antipático ante el pueblo, y ya también se separó del gobierno—, además de Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que sin ser tampoco la banal muñequita de biscuit que sus detractores pretenden, la niña mimada del mandatario —sus altos méritos académicos como científica, que incluyen su participación en un proyecto ganador de un premio Nobel, la preceden—, cierto es que a pesar de haber gobernado más que aceptablemente a la ciudad más grande, conflictiva y, para colmo, capital del país, aparece como la menos avezada en asuntos políticos y administrativos; la más verde, pues.
Al hablar de Ricardo Monreal Ávila hay que especificar la hora y hasta el miuto, porque, siempre a la zaga, un día es el más rebelde y beligerante de los aspirantes: casi un guerrillero con una carabina Winchester al hombro y cananas cruzadas y en el cinto, mas al otro es el más dócil y besamanos de loa de los presidenciables —bueno: con él ese adjetivo siempre fue un decir por cortesía, porque nunca estuvo realmente contemlado—, y luego nos enteramos que le ofrecieron la jefatura de la Ciudad de México para hacerla de palero y al final levantar la mano a quien la égida presidencial señale como el ungido, trátese de la simulación que se trate —encuesta, consejo de notables o lo que sea, es lo de menos—, pues si ya se dijo eso el domingo que serían cinco, una por parte y al gusto de cada corcholata y otra del propio partido la increíble flexibilidad político-electoral del PRI-Morena podría cambiar en cualquier momento, pues las palabras se las lleva el viento y los papeles se queman, hasta en los cónclaves de la Capilla Sixtina.
HELADA MADRINA
Nosotros tenemos nuestro favorito —faltaba más: el deporte es nacional—, y no es la supuestamente consentida científica medioambiental Claudia. Aunque nos agrade. En una breve charla con el diputado local independiente del distrito I, Julián Ricalde Magaña, que es uno de los más creíbles y reputados promotores de Marcelo Ebrard en nuestro estado —no decimos más nombres, muy importantes, por no traicionar por omisión debida a la falta de espacio a cualquiera de los muchos activistas que tiene el aspirante en el Caribe mexicano—, nos dio cinco razones por las que el ahora excanciller podría —o acaso debería— ser el candidato del Morena y aliados: 1. Desde siempre, ha sido un hombre muy cercano al presidente López Obrador. 2. Al menos dos veces ha demostrado lealtad, anteponiendo los intereses del proyecto en el que está imbuído a los suyos propios, desdeñando prebendas que pudiera haber tenido en la bolsa. 3. Sin lugar a la menor duda, es el aspirante a la candidatura que tiene mejores relaciones en todos los ámbitos, incluyendo el internacional, en el que es muy respetado; diríamos que es el que tiene más mundo y relaciones con los poderosos de este lado y allende nuestras fronteras. 4. Conoce perfectamente el sistema político mexicano, para bien y para mal —no creemos que sea capaz de repetir el peor error de su vida, que fue contribuir, con el también presidenciables Manuel Camacho Solís, a la creación del espeluznante, corrupto y oportunista Partido Verde Ecologista de México, que más que aportar algo a la coalición del Morena vivaquea bajo sus alas con tal de conservar el registro (esta última fue aportación del que escribe, no del diputado)— y, la más importante: 5. Es capaz de atraer y de hecho atrae a sectores que normalmente no votarían por el Morena y mucho menos por sus mascotas.
Ebrard es con mucho el mejor, pero por ahora no es muy probable que sea el más adelantado, pues el PRI vive, feliz y coleando, en el Morena, y el fantasma del carcamal Velazquez continúa vagando por los corrillo del poder, cual alma en pena.
LA DICHA INICUA…
Gerardo Fernández Noroña casi ni fuemenciomado y para nada salió en la foto triunfal de la plana mayoralzándose las manos unos a otros. ¿Se disciplinó? ¿Lo maicearon? ¿O la hará de jamóm, como acostumbra, haciendo a un lado su meloso amorpor el “compañero presidente? De todo el vodevil de ayer, eso es lo que nos parace más interesante.
HOMÚNCULOS
Shakespeare: que le dejen aceite Nujol, ¡para que deje dormir!
GRILLOGRAMA
Espanto..
En Morena causa él
Con gututrales quejidos
Sustos, penas y vahídos
¡Ya descanse, don Fidel!
columnacafenegro@gmail.com
EN CHETUMAL...







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