top of page
Buscar

Efectos del rotundo rechazo

  • Foto del escritor: Óscar González Ortiz
    Óscar González Ortiz
  • 19 abr 2022
  • 3 Min. de lectura


Aunque pretenden minimizarla, la terrible derrota sufrida por Andrés Manuel López Obrador y sus huestes con el rotundo rechazo a la reforma eléctrica causó un terrible cataclismo en las filas de la cuarta transformación y el obradorismo: el predominio indiscutible del presidente y su partido sobre la vida nacional ya no es más que un mito.

López había apostado todo a la malhadada legislación, repudiada por propios y extraños –nos referimos sobre todo a los intereses al norte del Río Bravo–, y estaba seguro de que sus operadores la sacarían adelante sin problema alguno, en la actitud más soberbia que se hubiese visto en un mandatario mexicano desde las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de Carlos Salinas de Gortari, con la notable diferencia de que aquel sí funcionó.

El fiasco de López es un golpe en la entrepierna a su orondo gobierno, mitificado en el interior como invencible; ya se vio que este presupuesto no es más que una ficción derivada de la alta votación que lo llevó al poder, pero que ya no refleja la realidad de la percepción de los mexicanos.

No podemos culpar al Morena de estas veleidades, pues todos y cada uno de los partidos políticos que han tocado el poder han sucumbido a ellas, pero en el caso de López y sus seguidores el síndrome es más agudo: se sintieron tocados por el crónida, invencibles, superiores e inmunes ante la acción política de los otros.

Más doloroso así, y más dañino: vemos una terrible inestabilidad en el partido presidencial para las contiendas electorales que se avecinan, y el proceso electoral de Quintana Roo que culmina el próximo 5 de junio no escapa a este arcano.

Nada de esto quiere decir que la estafeta haya cambiado de manos: el Morena, con Mara Lezama Espinosa, si bien no imbatible, sigue en la punta, con una interesante persecución de la “prianrredista” Laura Fernández Piña. La expresidenta municipal de Benito Juárez cuenta con bonos extra: es consentida del presidente López, gobernó con tino el municipio más poblado del estado y conserva la impronta de su prolongada carrera en los medios de comunicación, más su rival sin duda cuenta con mucha mayor experiencia política, por lo menos en los términos tradicionales.

López Obrador de forma lastimera, tras la derrota en el tema de la electricidad, lacrimógenamente ha salido con el tema ciertamente importante pero comparativamente minúsculo del litio, como lamiéndose las heridas. Lo cierto es que la derrota del domingo en la cámara de diputados ha sido el peor golpe que se ha llevado en su sexenio, y sin duda marca un claro declive.

Solo podremos saberlo tras la celebración de los siguientes comicios estatales, pero casi todo mundo da por cierto que el descalabro de la reforma eléctrica determinará muchos trazos en el mapa político nacional: muchos de los votantes del partido guinda brindan sus favores en virtud de la imagen invencible que se acaba de esfumar, y muy probablemente se sientan desengañados a la hora de pararse frente a la urna electoral.

Insistimos: para cualquier partido político el traspiés del domingo hubiese sido parte de un mapa de ruta regular, pero para el Morena, impoluto, invencible y rodeado de un aura de divinidad lopezobradorista se trató de una verdadera tragedia. Se derrumbó el Monte Olimpo, se estremecieron los dinteles de la gloria y el ídolo cara de piedra se balanceó amenazante sobre las cabezas de sus súbditos.

Fue El ocaso de los ídolos. No solo la imagen de López Obrador resulto severamente lesionada, sino que todas las figuras del Morena se llevaron tremendísimo raspón. Los que más lo acusarán, seguramente, serán los candidatos en las próximas elecciones, muchos de los cuales están colgados de la imagen de su gurú, que esta vez quedó como lazo de cochino.

Se acabó, el mito Morena. Es un partido como cualquier otro. Tendrá que ganar sus elecciones y ya no tendrán sus candidatos como pilmama al que fuera el presidente más popular de la historia de México, casi tanto como Lázaro Cárdenas.


HOMÚNCULOS

Es increíble como, entre tanto vericueto en la política, el PRI esté desaprovechando la coyuntura y ni siquiera haga el más sutil movimiento como para decir “aquí estoy”. Leslie Hendricks ni se asoma; parece firmemente decidida a perder la elección, tanto que hasta parece que esa fuera la encomienda.

La enjundia y el entusiasmo primigenios de su padre Joaquín Hendricks Díaz y de su padrino Félix González Canto hicieron mutis paulatinamente y ahora parece ser que el negocio se define como “calladita te ves más bonita”.

Como dijera el clásico, no lo sé de cierto, pero lo supongo: hay un arreglo soterrado entre los prominentes priistas y el sistema: Mara no se encontrará con obstáculos de tres colores. Todos tan contentos.


GRILLOGRAMA

Love is in the air…


Maravilla, se le llama

A estos acuerdos tan bellos

En que priistas aquellos

Sienten que Mara les ama


columnacafenegro@gmail.com

 
 
 

Comentários


Who's Behind The Blog
Recommanded Reading
Search By Tags
Follow "THIS JUST IN"
  • Facebook Basic Black
  • Twitter Basic Black
  • Google+ Basic Black

Presentado también en

 ¿Te gusta lo que lees? Dona ahora y ayúdame a seguir elaborando noticias y análisis. 

Donar con PayPal

© 2023 por "Lo Justo". Creado con Wix.com

bottom of page