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Escrupuloso manejo hacendario


(COLUMNA EN NOVEDADES). Tantas veces como el presidente Andrés Manuel López Obrador ha asegurado que los estados de la república han recibido en tiempo y forma los recursos provenientes de la federación, que por ley pertenecen a las entidades, y Quintana Roo los genera –o generaba, antes de la pandemia– holgadamente–, son las que ha mentido de plano, porque no solo se han presentado severos recortes, del orden de los tres mil 400 millones de pesos de enero a junio, sino que también padecemos atrasos significativos en las ministraciones.

Esta carencia, aunada a la baja recaudación local debida a la emergencia sanitaria por la covid-19, ha obligado a la Secretaría de Finanzas y Planeación que encabeza Yohanet Torres Muñoz a idear ajustes muy significativos, pero que afecten en la menor medida posible a nuestra economía. La secretaria dejó claro en rueda de prensa que dentro de las medidas gubernamentales para enfrentar la situación no habrá contratación de nueva deuda, pues la estrategia ya estaba definida desde antes de la pandemia y solo era menester aplicarse escrupulosamente para su ejecución.

Los estímulos fiscales otorgados a las empresas de Quintana Roo para proteger el empleo todo lo que fuera posible desde luego disminuyeron las contribuciones recibidas por la Sefiplan, por lo menos en mil 300 millones de pesos. La respuesta operativa del Gobierno de Quintana Roo, ya en momentos de una drástica reducción de actividades, fue contundente: los gastos de operación, viáticos e insumos fueron reducidos en cada dependencia al 25.5 por ciento y se ha ahorrado en estos tres meses casi dos mil millones de pesos.

La idea, como lo explicó el gobernador Carlos Joaquín González, era preservar la salud y la vida de todas las personas en Quintana Roo, así que se ejercieron 618 millones de pesos en materiales y equipos médicos, equipo de seguridad y contratación de personal, amén de las mejoras en las instalaciones hospitalarias y centros médicos que demandaba la emergencia. La ayuda en despensas a las familias que por el cierre de actividades y la cuarentena vieron comprometida su subsistencia hasta ahora ha significado un importe de 421 millones de pesos.

Fue la semana pasada, en Irapuato, cuando tras darse a conocer un trabajo del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados que arrojó un adeudo del Gobierno de la República con los estados de más de 18 mil millones de pesos, el presidente López, sin asomo de rubor, mintió al asegurar que su gobierno no le debía nada a las entidades federativas, de la misma manera en que a mediados de abril prometiera, con una mano, recursos extraordinarios para que los gobiernos locales pudiesen enfrentar la crisis, lo cual evidentemente no solo no sucedió, sino que, con la otra, quitó recursos regulares, que disminuyeron y están atrasados en su llegada a las arcas estatales.

Ya el gobernador Joaquín había manifestado, junto con los otros mandatarios de la Goan (panistas) la precaria situación de los estados por la falta de recursos de procedencia federal, demandando entre otras cosas la revisión del pacto nacional de conformación del presupuesto, y ayer Yohanet Torres, a pesar de que el Gobierno de Quintana Roo ha sido siempre de los que anteponen las buenas relaciones con el Gobierno de la República a las actitudes oposicionistas a ultranza, no se mostró nada dubitativa al señalar que a pesar de las solicitudes exprofeso del estado caribeño hasta ahora no se ha recibido absolutamente ningún recurso para paliar los gastos que la administración local ha realizado para paliar la obstinada ausencia de la de López Obrador.

Ya es el 12 por ciento del presupuesto anual el que se ha perdido por una crisis exacerbada por la obstinada cuan desastrosa conducción económica del presidente, que nos tiene frente a un futuro nada halagüeño, pues México está entre los países que experimentarán retrocesos en sus economías –casi todos en el mundo–, pero pronosticado por todos los organismos internos y externos como el que sufrirá uno de los peores y más pronunciados descalabros.

La Comisión Económica para América Latina (Cepal) previó hace poco que uno de cada dos mexicanos pasará a padecer condiciones de pobreza y pobreza extrema, al acentuar el pronóstico de derrumbe del Producto Interno Bruto del país de 6.5 a nueve por ciento, y se trata de una de las estimaciones más optimistas.

En América, solo Brasil (9.2), Argentina (10.5) Perú (13) y Venezuela (26) –por cierto, países con políticas económicas muy similares a las que preconiza López– experimentarán contracciones peores a las de México.

Quintana Roo, que en los últimos años ha estado entre los cinco estados con mayor crecimiento económico del país, se ha estado defendiendo de la mejor manera del abandono de la federación que –eso sí– no ha frenado un ápice los programas populistas electoreros ni sus obras faraónicas archiconocidas. El problema es que el presidente no muestra signo alguno de comprender siquiera del daño que está causando a los estados y regiones.


HOMÚNCULOS

La Comisión de Puntos Legislativos y Técnica Parlamentaria de la XVI Legislatura consideró viables 38 de las postulaciones a consejeros del alicaído, menos que desdibujado Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales de Quintana Roo de curioso acrónimo (Idaip).

Nos preguntamos en principio por qué resulta tan atractivo pertenecer a un organismo catatónico desde hace tanto tiempo, en el que no se hizo absolutamente nada y que solo sirvió de reservorio para funcionarios consentidos de las administraciones anteriores que iban a quedar desempleados.

Como en pocas ocasiones, la nómina de aspirantes incluye una buena proporción de políticos, funcionarios y personajes públicos conocidos para bien y para mal, aunque es obvio que es nada probable que exista tal cantidad de ciudadanos con las capacidades, conocimientos y perfiles que demandan los encargos en oferta.

La verdad es que parece mucho más un tema de busca de chamba que de vocación profesional, por lo que la XVI Legislatura deberá aplicarse al máximo para cribar el trigo y excluir la cizaña. A ver si después de esto el Idaip vuelve a la vida, como en los tiempos del consejero presidente Enrique Mora Castillo (cuando se le conocía como Itaipqroo) o la transparencia de las entidades se queda otros siete años durmiendo el sueño der los justos.


GRILLOGRAMA

Multitud…


A preguntar yo me uno

Y optimismo no derrocho

¿Será que de treinta y ocho

Puedan hacer solo uno?

columnacafenegro@gmail.com


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