López y sus doctores imaginarios
(COLUMNA EN NOVEDADES). Para muchos chetumaleños y quintanarroenses del centro-sur resultó en principio incomprensible que la zona norte bajara a semáforo naranja de covid-19 con casi mil 500 casos activos solo en Benito Juárez (Cancún) y el sur se mantuviera en rojo, que es el estadio más elevado, siendo que Othón P. Blanco (Chetumal) presenta 192 activos, y no nos referimos solo a personas de bajo nivel educativo: seguimos escuchando y leyendo en redes sociales a muchos profesionales que aseguran que esto debe estar equivocado o políticamente manipulado para favorecer el regreso de los turistas.
Lo que sucede es que el semáforo responde a un solo indicador, la velocidad de crecimiento de casos, que mide la capacidad de contagio por parte de la población infectada y se expresa en el número promedio de personas que un enfermo contagiará.
En la zona norte del estado, donde se encuentran los principales destinos turísticos tradicionales de sol y playa, el índice actual es de 1.1 (es decir: se estima que cada persona enferma contagiará a otra), mientras que en el sur, que incluye a la población de la capital Chetumal, Nicolás Bravo, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, con infinidad de comunidades rurales, es de 4.6 (consecuentemente, cada dos personas infectadas, al ritmo actual, contagiarán a nueve).
¿Por qué esta diferencia entre el norte y el sur? La población de Cancún incluye a más de un tercio de toda la de la entidad–, y probablemente dada la gran cantidad de visitantes que recibe –la mayor parte extranjeros–. La gente de Tulum hacia el norte fue más proclive a cuidarse y a atender las medidas sanitarias dictadas por las autoridades, y seguramente por eso presenta menor capacidad de contagio per capita; en cambio, pudimos notar que muchos chetumaleños percibían a la covid-19 como un flagelo ajeno y lejano; algo así como una “enfermedad de gringos y europeos”, expresión que pudimos escuchar en más de una ocasión.
¿Faltó difusión de la situación de la epidemia, de sus posibles consecuencias, de los sectores de la población más vulnerables y, sobre todo, de las medidas para evitar el contagio? Ciertamente no. Fuera de algunos detalles en los gráficos diarios debidos a que los doctores no son precisamente diseñadores gráficos –como utilizar colores extraños, difíciles de nombrar, o presentar las cifras de manera confusa para la mayor parte de la población (de ahí en parte la confusión con el semáforo), la información ha sido oportuna, precisa y completa, y las campañas del gobernador Carlos Joaquín González y su equipo intensas y claras, con mensajes muy frecuentes en todos los medios posibles. Aun así, en el sur quintanarroense, por lo menos, han prevalecido entre la población la ignorancia y una actitud que podríamos calificar de machista ante el riesgo, con los resultados mencionados.
¿Pero qué podemos esperar si el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador cometió el jueves –lo había hecho ya al principio de la pandemia–, con lujo de ignorancia y falsedades, el brutalmente irresponsable error de recomendar a la población salir de sus casas? En un video que difundió a través de sus redes sociales manifestó que con la información con la que cuentan los ciudadanos sobre la pandemia se podrá salir a la calle y cuidarse uno mismo “sin miedo y sin temores de recobrar la libertad”, como si fuera una arenga política y no un tema sanitario.
Durante estos días se comentó de manera intensiva la contradicción de esta postura del mandatario con la del subsecretario Hugo López Gatell, encargado de manejar la crisis sanitaria, que incluso con cierto aire medroso –chamba es chamba– ha tenido que hacer honor a su condición de médico y científico –aunque haya equivocado varias veces la predicción de los días de máximo contagio, por cierto– advirtiendo a la población que en estos días hemos transitado y seguiremos haciéndolo cierto tiempo más por la etapa de mayor riesgo de contagio de la enfermedad.
Luego del abstruso mensaje de López –para vergüenza de México–, la Organización Mundial de la Salud pidió el viernes al gobierno de México y a los líderes latinoamericanos que emitan “mensajes coherentes” para luchar contra la pandemia de Covid-19 en la región, actualmente una de las más afectadas del mundo, “puesto que la ciudadanía a veces recibe consejos contradictorios de sus gobiernos”.
“Los ciudadanos se sienten confundidos si escuchan diferentes mensajes y hay que garantizar que tengan la mejor información posible para protegerse a sí mismos, a sus seres queridos y a las comunidades”, señaló el director ejecutivo de la OMS para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, en rueda de prensa.
En respuesta López Obrador, a pesar de los preocupantes mensajes de López Gattell, se aventó ayer otra increíble patraña al “informar” que su mensaje del jueves obedeció a la recomendación de –imaginarios– doctores, y lo reiteró a pesar de las advertencias de doctores de verdad, de la Secretaría de Salud y de la OMS: hay que salir a las calles, sin miedo, para recobrar la libertad.
Es terrible que tengamos un líder de la nación tan ignorante, necio y mentiroso.
GRILLOGRAMA
Los doctores de Pejelandia…
¿Cuándo sabremos al fin
Cuál doc es el mero mero?
Apuesto que está primero
El buen doctor Chapatín
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