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En turismo seguiremos solos


(COLUMNA EN NOVEDADES). La recuperación después de la epidemia de la covid-19 –que escribimos desde ahora con minúscula porque, como el sida, por desgracia ya es un sustantivo común– va a ser muy difícil para todo el mundo, pero habrá sectores con mejores oportunidades que otros. Lo malo de este panorama para Quintana Roo es que su principal actividad económica, el turismo, no está entre las que tienen pronósticos menos grises: si de por sí es una actividad económica, como la publicidad, verbigracia, que no se considera prioritaria –craso error en un país en que esta industria genera la mayor cantidad de divisas en términos reales, pues la industria petrolera gasta casi tantos dólares como ingresa–, en particular el gobierno de Andrés López Obrador la ha ignorado sistemáticamente.

Es claro que la recuperación del flujo de visitantes y los ingresos al estado por turismo será trabajo solamente del gobierno de Carlos Joaquín González y de los empresarios –principalmente hoteleros–, pero la buena noticia es que desde hace casi año y medio ha sido así, y del obtuso abandono federal nuestro estado ha salido bien librado por medios propios: la participación en ferias y eventos mundiales, la promoción directa con los mayoristas y el apoyo institucional a los negocios del ramo no se han detenido desde la llegada de un presidente que al parecer percibe a esta actividad algo así como como “fifí” y le procura un desprecio total. Para la política económica nacional lo único que importa es el petróleo, que cada vez es peor negocio.

Aun así, ante lo grave de la situación, el mandatario quintanarroense fue hasta la casa del presidente para pormenorizar las graves afectaciones que estamos padeciendo, pues aunque muchos no nos dedicamos al turismo directamente, las cadenas económicas y los ingresos del estado se ven severamente afectados, amén de los problemas propios que ya de por sí ya causó la paralización de las actividades, el cierre de negocios y la imposibilidad para muchos pobladores de bajos ingresos de salir a ganarse la vida.

Carlos Joaquín le explicó a Andrés López que se han perdido más de 80 mil empleos, ya que los principales destinos turísticos de Quintana Roo, Cancún y la Riviera Maya, están cerrados, y de contar con el segundo aeropuerto con con más operaciones y primero con más vuelos internacionales de México, hoy tenemos uno operando al cinco por ciento de su capacidad debido a la pandemia. Urge –le dijo el gobernador al presidente, en Palacio Nacional– proceder a una apertura gradual y cuidada, con las máximas medidas de salvaguarda de la salud, infraestructura hospitalaria, equipamiento y capacitación del personal que ofrece servicios al turista.

No se han ido a ninguna parte nuestras playas, nuestras bellezas naturales y nuestras riquezas culturales, que son desde luego la materia sine qua non tarde o temprano Quintana Roo recuperará su liderazgo turístico mundial.

Según la Organización Mundial de Turismo la actividad en América creció apenas un dos por ciento; en 2020 se estima que perderá 15 puntos. A nivel mundial la caída será de 22 por ciento. En cuanto a los arribos de visitantes, todo dependerá de las fechas de reactivación, la apertura gradual de las fronteras y la relajación de las restricciones de viaje. Si esto sucediera a principios de julio el descalabro para el año acumularía -58 por ciento, de -70 por ciento si sucediera a principios de septiembre y de -78 por ciento si fuera menester esperar hasta principios de diciembre. Para Quintana Roo el último escenario es, por desgracia, el más probable.

Que prevalezca uno de estos supuestos en Quintana Roo depende de varios factores y no pintan del todo favorables: somos uno de los estados con más alta tasa de contagios del país –el segundo– debido precisamente a que al momentio de la aparición de la covid-19 recibíamos más visitantes extranjeros que ninguna otra entidad del país, de manera tal que lidiamos con un problema mayor y todavía en un punto muy elevado de gravedad. También, por lo que se ha visto desde diciembre de 2018, el gobierno estatal y sus empresarios turísticos habrán de enfrentar prácticamente solos la ingente labor de promoción y venta de viajes que nos espera.

Entre 100 y 120 millones de empleos costará la pandemia en el sector turístico internacional. En Quintana Roo, Carlos Joaquín ya reportó 80 mil puestos perdidos, lo que significa algo así como ¡el 25 por ciento de los quintanarroenses que quedaron desempleados por el quebranto a la industria turística! Los daños colaterales a la proveeduría de bienes y servicios relacionados pueden, por lo menos, triplicarse.

El director del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo estimó que Quintana Roo perderá cuatro millones de visitantes en este año, más algunos empresarios del ramo, como el director general de Hoteles City, Luis Barrios, advirtieron que los niveles de diciembre de 2019 en condiciones óptimas, podrán ser alcanzados hasta diciembre ¡de 2021!

Cualquier gobierno responsable estaría dispuesto de inmediato a salvar a la actividad económica que más dólares “limpios” le genera al país, pero, por desgracia, no es el caso.


HOMÚNCULOS

Aquí, allá y acuyá ha causado indignación la iniciativa del Morena de instaurar un nuevo mecanismo para su declarada vocación de quitar a los ricos para dar a los pobres:

Este lunes, el dirigente nacional del partido que tiene la mayoría en el Congreso, propuso que cada dos años el Inegi proporcione, cual cuentachiles, información relacionada con los activos de los bienes y finanzas de las personas.

Ramírez Cuéllar argumentó en un comunicado de prensa que hay “miles de millones de dólares que constituyen una riqueza totalmente inobservada. Ya no se trata solo de dar cuenta del ingreso y el gasto de las familias y las personas. Medir la pobreza en México es un gran avance. Ahora se demanda, con urgencia, medir también la desigualdad y la concentración de la riqueza”.

Citamos de Infobae la reacción de ínclitos morenistas, que hacen suponer que la descabellada y fascistoide propuesta del líder interino del Morena Alfonso Ramírez Cuéllar no cuenta con consenso:

“´La pandemia traerá un nuevo orden mundial que todas y todos debemos diseñar y avalar. En el Senado no existe iniciativa sobre nuevas facultades del Inegi o del SAT (Servicio de Administración Tributaria de Hacienda), así que actuaremos con prudencia y responsabilidad. No abandonemos el diálogo, es la mejor vía´, señaló Ricardo Monreal, coordinador de senadores de Morena en la Cámara Alta.

“A la opinión del también coordinador de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado se sumó la crítica de la diputada morenista Tatiana Clouthier, de Nuevo León. ´El solo hecho de que pida información al SAT la haría violatoria a uso de datos personales y con eso desacreditaría todo´”, señaló.

“´El bienestar y uso final del recurso público son fundamentales. Mas no se deben dar más facultades al Inegi. Y sí se violenta el uso de datos personales y se atenta contra libertades al acceder “sin restricción” a cuentas y otros´, añadió. Por último, Clouthier le escribió directamente en Twitter al presidente nacional interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, quien propuso la idea: ´Urge platicar y no en un comunicado. Saludos´”.

Marko Cortés del PAN, varios priistas y la dirigencia nacional del PRD expresaron total rechazo e incluso el mismo INEGI se manifestó en contra. En el reporte de marras se lee que en el sector privado, uno de los más críticos con la administración de López Obrador, la propuesta de Morena tampoco recibió piedad. “Propone un ‘nuevo estado’ donde el Inegi revise ‘el patrimonio inmobiliario y financiero de todas las personas’; que se grave ‘la propiedad, la riqueza y el ingreso’. Uff”, escribió Gustavo de Hoyos, líder de la Coparmex.

Hoy hasta el presidente López desestimó la fascista propuesta de Ramírez Cuéllar, que muy temprano este martes se metió en hórridos berenjenales hasta en los más amables de los informativos. Tiró mentiras sobre lo que se hace en otros países, como Francia y España, al afirmar que los órganos de Población hacen lo que propuso. No tardaron en azotarlo las respuestas de quienes conocen las políticas fiscales en esas latitudes.

Desesperado, inventó creyendo a sus interlocutores idiotas. También negó que proponía que el Inegi pueda entrar sin restricciones a las casas para verificar propiedades y bienes, cuando lo dijo textualmente.


GRILLOGRAMA

Fascismo fiscal...


Una sinrazón supina

Es pretender obligar

En tu casa, a hacer pasar

Al Diablo hasta la cocina


columnacafenegro@gmail.com


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