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Quintana Roo en el presupuesto



(COLUMNA EN NOVEDADES). Con el fin de noviembre venció el plazo para que el Fondo Monetario Internacional refrendara la línea de crédito por hasta 86 mil millones de pesos a la que nuestro país se hizo merecedor tras el gobierno económicamente bien manejado de Ernesto Zedillo Ponce de León y que se conservó durante casi 19 años. Hemos comentado que más que los recursos que no requieren ningún trámite para acceder a ellos –prácticamente nunca se han utilizado– el valor de este privilegio que muy pocos países han tenido reside en el aval financiero y crediticio que representa.


A un año del inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha hecho un considerable número de importantes reformas constitucionales, nueve en total, mayor para el mismo periodo de sus antecesores, pero en términos económicos estamos frente al peor inicio de gobierno desde el “error de diciembre”, expresión con la que Carlos Salinas de Gortari se refirió a la crisis de económica de finales de 1994, pero el economista bajacaliforniano que lo sucedió logró poner al país en un estado de estabilidad que duraría 18 años más, con dos gobiernos panistas y otro priista, de Vicente Fox, Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, respectivamente.

Con López Obrador eso se acabó, como lo reconocen el Banco de México, los organismos financieros internacionales, la banca mexicana y hasta el propio presidente, quien ayer durante su discurso por el primer año de gobierno medio aceptó el hecho de la nula expansión de la economía del país, pero preocupantemente afirmó que la escasa riqueza ya no se queda en unas pocas manos sin explicar el porqué de dicha aseveración.

Lo único que podemos aseverar con datos sólidos es que el Producto Interno Bruto per capita se desplomó y el crecimiento casi fue nulificado merced a la caída casi total de las inversiones. Bajos estas circunstancias, ni siquiera las interesantes reformas de contenido social que ha planteado e ido ejecutando López podrán sostenerse, pues requieren de recursos financieros y no sólo de buena voluntad.

Otro rasgo del gobierno del Morena, acaso el más significativo y de logros ya palpables, el combate a la corrupción y a la impunidad difícilmente podrá ser sostenido tras los agresivos recortes presupuestales a las dependencias federales, los organismos autónomos –particularmente el INE–, los estados y los municipios, pues la actividad gubernamental se parece cada vez más al paso de un equilibrista sobre la cuerda floja.

Quintana Roo es uno de las pocas entidades federativas que tienen ingresos propios y menos dependen de los provenientes de la federación, aunque el gobernador Carlos Joaquín González, quien por cierto se caracteriza por apoyar la gestión del presidente, se ha quejado de las afectaciones por la disminución en los ramos 33 y 28, por los que el estado ha tenido que destinar recursos supletorios para atender las necesidades de la población que en principio deberían estar básicamente cubiertas por las ministraciones del gobierno federal, que como hemos señalado no son graciosas donaciones sino dinero que por ley merece el estado, que por cierto es de los más altos proveedores de divisas para la nación.

Ayer mismo estuvimos en la última jornada del Riviera Maya Jazz Festival, que vivió su 17 edición, y los periodistas nacionales y extranjeros asistentes insistieron el el éxito del destino que tiene como corazón a la pujante Playa del Carmen y comparte con la emblemática Cancún un sino venturoso que permite a nuestro estado defenderse, pero sí nos esperan cinco años más de debacle económica, si la situación no cambia desde el gobierno federal, será difícil sostener a la economía estatal. Ojalá que el presidente lo entienda, pues la mayor parte del país padecerá una notable carestía a partir del ya muy próximo 2020.


HOMÚNCULOS

Oficial: el primer año de gobierno del presidente López fue de recesión: la penúltima encuesta del año del Banco de México, revelada ayer, lunes,

indicó que los especialistas redujeron ¡a cero por ciento! el crecimiento económico de México para el presente año. En términos llanos se trata de que no crecimos, mas en los reales significa, al comparar con el promedio más moderado del mundo, que retrocedimos.

Como decíamos: no existen programas sociales ni planes de gobierno –mucho menos de inversión, sin importar si de corte capitalista o social se trate– que puedan prosperar bajo un entorno económico tan adverso, y la peor noticia es que este fracaso económico de México repercutirá en bajas en nuestro nivel de desarrollo no solo en los más próximos años, sino en un par de lustros, siempre y cuando se cambie el rumbo de inmediato, lo que sin la reactivación del defenestrado proyecto del aeropuerto internacional de Texcoco no sucederá. O sea, en “pejetérminos”, nunca sucederá y la condena al subdesarrollo rampante pudiera ser hasta por un cuarto de siglo. Sin ambages, así se puede traducir una cita que tomamos del Novedades de Quintana Roo de hoy, que va ad litteram:

“(…) el consenso de 39 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero colocó en 0% su pronóstico de crecimiento para 2019 desde el 0.20% considerado anteriormente.

“Para el 2020, año en que la presente administración pidió a la sociedad un año más como gracia para una nueva patria, el pronóstico de crecimiento pasó de 1.20% a 1.07%.

“Los dos factores con mayor peso que se imponen como obstáculos para la actividad económica, nuevamente destacaron en primer lugar la gobernanza con el 49% de las respuestas y las condiciones económicas internas con el 27%”.

Ya es la nefasta e idiotamente llamada “cuarta transformación” –que en realidad significa una transfiguración de país emergente y esperanzador a uno subdesarrollado y pobre–, ya sin duda sin duda, la tragedia del siglo para México.


GRILLOGRAMA

Saldo in saecula saeculorum…


De la tal transformación

Ya lo vamos entendiendo

El país se está metiendo

En su cruenta destrucción


columnacafenegro@gmail.com


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