Arcila, contra el bienestar animal
La diputada de la XV Legislatura Eugenia Solís Salazar, quien por cierto aspira a la reelección, recogiendo propuestas de un grupo de ciudadanos verdaderamente preocupados por los animales presentó desde mediados de agosto de 2017 una iniciativa de decreto para reformar y adicionar diversas disposiciones de la Ley de Protección y Bienestar Animal del Estado de Quintana Roo, que de manera absurda –por no decir sospechosa– fue condenada a dormir el sueño de los justos durante todos estos meses, a pesar de que estaba muy bien formulada y no parecía tener mayores problemas, como no fueran intereses económicos afectados.
Pero el asunto no queda en esta inacción: ante la apatía de los diputados –falta de interés o, con “sospechosimo”, exceso de intereses– un grupo notablemente oportunista con una representación espuria pretende usurpar los esfuerzos añejos de quienes han invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero de su propio peculio, realizando además intensas gestiones ante todo tipo de instancias para llevar a cabo campañas destinadas, entre muchas otras cosas, a evitar la proliferación de fauna doméstica en situación de calle, especialmente en Cancún, la ciudad más poblada del estado y donde la presencia de estos desvalidos animalitos es además todo un problema social.
De igual manera que la ley en comento pendiente de aprobación lo procura, en términos reales los ciudadanos que la impulsaron con la aquiescencia de la legisladora Eugenia Solís, desde hace años se llevan a cabo costosas campañas de esterilización –sin costo para la ciudadanía– que son posibles, además del altruismo de los participantes y sus patrocinadores, gracias al apoyo desinteresado de notables médicos veterinarios que realizan pro bono las intervenciones de esterilización utilizando las mejores técnicas y materiales existentes, especialmente en lo referente a las suturas, a sabiendas de que muchos de los animalitos terminarán deambulado por las calles y por lo tanto corren riesgos de infección y lesiones postoperatorias.
Todos estos esfuerzos –nos referimos a la ley que, para beneplácito de galleros y empresarios taurinos, de quienes existe la sospecha de que han untado manos para que no avance, pero también a las acciones concretas que se llevan a cabo–, amén de la evidente oposición que hay ahora enfrenta el protagonismo de una entidad llamada Colabora, que por egolatría pura de la dirigente, a través de publicaciones en redes sociales, pretende hacer olvidar el trabajo originario de quienes lograron tantos avances, y seguramente por dicha mezquindad darán pie a que en lo que queda de esta y luego en la XVI Legislatura se sigan dando largas para la discusión y eventual aprobación de la normatividad de marras, que molesta al poder económico que se basa en la explotación animal.
Por un Mejor Quintana Roo pretende ser hecho a un lado por la organización más bien advenediza, y aunque Colabora fue invitada e incluso colaboró con trabajo a la noble causa, ahora, en busca de laureles no tan merecidos, intenta quedarse con todos los méritos y acaso con los recursos que se han conseguido a través de años de trabajo.
A nosotros –los ciudadanos– no nos interesa tanto quién obtenga las medallas sino que el trabajo se lleve a cabo y que fructifique. Ya hemos visto, por ejemplo en el tema de los periodistas, sus derechos y su protección, las divisiones en grupos significan solo fracasos, y aquí también hay una ley de avanzada que puede morir nonata por problemas de egos y de ambiciones muy mal entendidos, pues algunas personas olvidan que el foco debe estar en los seres vulnerables y no en sus propias personitas.
HOMÚNCULOS
Los ciudadanos interesados en el bienestar animal comentan que el que ha frenado y archivado in saecula saeculorum la reforma a la Ley de Bienestar Animal es el presidente de la Gran Comisión Eduardo Martínez Arcila y sospechan que la oposición a llevarla al Pleno para su discusión y esperada aprobación se debe a que los particulares interesados –organizadores de peleas de gallos, de perros y de corridas de toros– han puesto a disposición del diputado panista, que tiene tan amplias posibilidades de seguir tres años más en el Poder Legislativo de Quintana Roo como su partido de obtener un escaño de representación proporcional, pues está a la cabeza de la lista correspondiente, atractivas cantidades de dinero para defender sus intereses.
Es una acusación no documentada, pero que corre fuerte, aun sotto voce. Hay sospechas de que los intentos de hacer como que si la iniciativa de reforma no existiese, como el mencionado arriba, tienen la finalidad de atrasar ad infinitum la supresión de los lucrativos negocios que implican el maltrato animal. Ayer mismo Sara Rincón Gallardo, la líder histórica de la Sociedad Protectora de Animales, Sara Rincón Gallardo, declaró que es necesaria una ley que ya existe y una iniciativa de actualización que obra en el cajón del escritorio de la Gran Comisión, justo cuando estalla la polémica por un movimiento que tiene toda la facha de boicot a la reforma de la diputada Eugenia Solís. ¿Habrá derrama para mejor cumplir con los pedidos de los “clientes” de Martínez Arcila? Es una duda lacerante.
GRILLOGRAMA
Despacio, que llevo prisa…
Si esta reforma muriera
(Ni visos de avanzar tiene)
Sería porque así conviene
A Arcila y su billetera
columnacafenegro@gmail.com