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Publicidad de la violencia


En cierta forma tiene razón el presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos, Abelardo Vara Rivera, al señalar que Estados Unidos aplica la estrategia de minimizar la difusión de noticias sobre violencia de sus ciudades de interés turístico para atenuar la ventaja que sobre ellas han establecido los destinos del Caribe, particularmente Cancún y la Riviera Maya, pero tal vez sería conveniente adoptar un punto de vista inverso: Nuestros destinos se han visto seriamente afectados por las crecientes acciones criminales, pero esto se ha exacerbado por la publicidad desbordada de los asesinatos: acaso nosotros hemos beneficiado más a nuestro vecino del norte que las medidas de control de daños que ha adoptado.

Por supuesto que sería pésimo pretender que en los últimos años no se haya dado una escalada violenta, y desde luego los medios de comunicación deben dar cuenta de ello. Algunos sucesos espeluznantes y particularmente violentos, por su impacto colectivo deben alcanzar las portadas y los resúmenes informativos de los medios electrónicos, pues afectan a la sociedad y las autoridades deben recibir la presión de la opinión pública para que se empeñen en soluciones expeditas, pero no se debe confundir esta loable responsabilidad periodística con la conveniencia privada de sacar provecho comercial haciendo protagonistas a las notas rojas a la menor provocación.

Existen medios especializados en temas policiacos, accidentes y soft-porno, pero en realidad estos son inofensivos –amén de mucho más exitosos en términos de circulación y consumo–: son para satisfacer el interés del gran público por esos asuntos: la prensa conocida como “amarilla” es exclusivamente para el consumo local y prácticamente nunca trasciende a otras latitudes.

La afectación a la imagen de las ciudades y destinos turísticos ocurre cuando los medios que tienen imagen de serios y los periodistas con acceso a ellos, o que tienen cobertura allende las localidades, a nivel nacional y con impacto supranacional, caen en la tentación de exaltar la violencia ya no para combatirla, sino para vender más ejemplares o ganar mayor audiencia.

Estados Unidos va a seguir promoviendo una imagen de violencia de los destinos externos a su territorio al tiempo de proteger en un acuerdo entre empresas, gobiernos y prensa a sus destinos claramente rebasados por los del Caribe, como bien explica Abelardo Vara, pero no creemos que nosotros debamos ser, más allá de la responsabilidad de mantener informada a la sociedad, a la cual normalmente los gobiernos pretenden que renunciemos, quienes les facilitemos a nuestros competidores septentrionales el material para estigmatizar al país, las regiones y los polos turísticos, y con ello ahuyentar a nuestros visitantes.

Para colmo de males, los otros destinos del Caribe, como la emergente Cuba y República Dominicana, siempre han procurado enlodar nuestra imagen, y por lo menos Punta Cana tiene muchos elementos para competir con los destinos de Quintana Roo.

Entre muchos, dos factores deben converger para atenuar esta mala imagen, que ya nos está afectando demasiado: que las autoridades hagan efectiva la lucha contra la delincuencia y que los mismos mexicanos, los quintanarroenses, no nos hagamos el harakiri.


GRILLOGRAMA

Chicochesca…

¿Qué culpa tiene la estaca?

No sirve culpar a otros

Si nos matamos nosotros

Como el sapo que se ensarta

columnacafenegroi@gmail.com













































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