Autodestrucción en el Morena
(COLUMNA EN NOVEDADES. CLIC EN IMAGEN). Si nos ponemos estrictamente objetivos, nadie nació en el parrido Morena de muy reciente creación, por lo que los auténticos, fundadores y químicamente puros no son fáciles de distinguir, aunque muchos de las decenas de apuntados son claramente chapulines de la política, que fueron excluidos de otros proyectos o simplemente no alcanzaron candidaturas o de plano perdieron en los procesos electivos.
La realidad es que el Morena, partido al que se le atribuyen amplias posibilidades de obtener la mayoría parlamentaria en las elecciones intermedias de este año en Quintana Roo por el que se supone aún vigente efecto AMLO –está por comprobarse–, se ha vuelto una arena de luchas intestinas como no se veía desde los viejos tiempos del PRI: todos se sienten merecedores de las candidaturas, potencialmente ganadores y tocados por la divinidad. Claro que sí existen buenos políticos entre esa fauna, pero la mayor parte de los apuntados son elementos indeseables desde cualquier punto de vista. Va a correr sangre, sobre todo porque ese partido se gobierna por las soberana y única voluntad del presidente de México que evidentemente no puede estar en todo. A ver qué dice en su visita de mañana.
Al PRI le tomó siete décadas autodestruirse por sus prácticas antidemocráticas, al PAN dos sexenios y el PRD, mezcla de corrientes históricas de izquierda y muchos oportunistas –que al final dominaron–, nació ya con el germen de la autodestrucción. El Morena parece decidido a seguir la tradición.
Va a ser muy interesante conocer, luego de las elecciones locales, qué tanto la figura de Andrés López podrá sustentar a candidatos prácticamente desconocidos o de plano impresentables –con las excepciones del caso–, porque ya viendo en la boleta el nombre del aspirante a una curul en el inmueble de Puntas Estrella y ante otras opciones quizá más interesantes pudiera ser que el corazoncito de cada quintanarroense ya no lata tanto por el tabasqueño.
No hay unidad ni causa común, salvo el supuesto amor por el popular presidente mexicano. En Cancún hubo ayer una declaración alarmante del líder del morenismo en el patio, Juan Ríos Balderrama, en la que denunció que bajo el argumento de que no pueden cerrarle la puerta a nadie el partido “el 99 por ciento de los que se inscribieron a una candidatura a diputados no gozan de una buena imagen, por lo que se necesita fijar una postura para que esos aspirantes no pasen”.
La verdad es que los militantes originarios son totalmente desconocidos, lo que no importaría tanto si para el día de los comicios siguiera predominando la imagen imbatible de López Obrador frente a personajes que pudieran competir con otras siglas partidistas, bajo estándares de popularidad o al menos conocimiento mucho mayores. Las posibles alianzas serán muy importantes en este sentido, pues los precandidatos lopezobradorcistas más competitivos, sobre todo en el sur, son militantes más bien del PT.
Entre esta visión patrimonialista de los “fundadores” del Morena y los arribistas de mala fama se pudiera estar construyendo un naufragio prematuro del partido presidencial.
GRILLOGRAMA
Enseñan el moreno cobre...
De esta destrucción, doy pistas
Pues los morenos parecen
Cuando ya casi fenecen
Poco menos que priistas
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