Informe con clamor: fuera Pech
(COLUMNA CAFÉ SABATINO). Es hoy, y pensamos que el acto pone una baliza en el sexenio de Carlos Joaquín González. Hay un doble interés en el informe de actividades del número uno del ejecutivo: parte de la expectativa radica en conocer qué se ha hecho y qué hará el gobierno para lidiar con la inseguridad, la difícil situación económica y en las estrategias que se tienen para trabajar con el gobierno federal que a partir de diciembre encabezará Andrés Manuel López Obrador, pero también hay mucho interés en conocer a partir de este hito –tal vez hoy; quizás en la próxima semana– cómo quedará conformado el equipo del gobernador de Quintana Roo luego de transcurrido su primer tercio de gestión, y aquí el morbo es mayor.
El gobernador Joaquín declaró esta semana que en el marco del inicio del segundo tercio de su gobierno puede haber cambios, en un tono de que los habrá. Declaró que serán solos los estrictamente necesarios, pues se sabe que es un hombre mesurado, que al contrario de su antecesor no es amigo de las tempestades y los arranques iracundos. Pero lo dijo y usó el plural. Hay que entender que solo puede estar refiriéndose a su propio equipo de trabajo y, ojo: el fiscal general encabeza a un organismo autónomo y, aunque hablando en plata, sabemos que sería muy difícil que alguien permaneciera en el cargo sin la aquiescencia del titular del poder ejecutivo no se estaba refiriendo a él.
Los candidatos para tomar las de Villadiego son los de siempre, los naturales –el secretario de Gobierno Francisco López Mena, el oficial mayor Manuel Alamilla Ceballos, exempli gratia; así es esto y sus puestos son de mayor desgaste que los pistones de un Citroën de 1948– pero el de la quiniela –fuera de broma: ya hay apuestas en las redes sociales; el gran monero-columnista Colinas ofreció una caricatura mensual a quien adivine la fecha de su salida, y por supuesto le entramos– es sin duda el fiscal Miguel Ángel Pech Cen. y aunque legalmente el gobernador no está en condiciones de despedirlo así como si nada y el congreso puede destituirlo solo en caso de causa grave, si cayó de la gracia de Carlos Joaquín ya nada podrá salvarlo, cosa que por cierto se sabe que ni siquiera quiere. El licenciado anhela sus clases en La Salle.
La tribulaciones del abogado Pech han sido la constante, casi el sello distintivo del sexenio. Es –y de eso podemos dar testimonio– un académico más que solvente, que conoce de Derecho, pero lo que le consta a toda la sociedad quintanarroense es que es un pésimo funcionario público, de inexplicable torpeza operativa y –sobre todo– una nulidad en cuanto habilidades para comunicarse se refiere.
Es increíble: desde la captura del policía Alfredo Silva imputado como asesino del camarógrafo de Canal 10 de Cancún Javier Rodríguez Valladares –aquí lo señalamos– casi sotta voce pero con volumen suficiente como para ser captado por los reporteros, admitió que el detenido bien pudiera ser un chivo expiatorio. Dicho y hecho.
Entrada la noche del jueves, Alfredo Figueroa, el policía que fue señalado como presunto responsable del doble homicidio registrado el 29 de agosto en la Súper Manzana 29, en donde fallecieron el periodista y otra persona que lo acompañaba, al parecer un artesano, fue liberado a las 23 horas del jueves.
La Fiscalía General del Estado informó que “en audiencia de continuación que fue realizada la tarde de este jueves, tras cinco horas de debate y ante la admisión de pruebas resuelta por la jueza de control, los fiscales del ministerio público se desistieron de la acción penal en contra de Alfredo ‘N´, tras conocer pruebas adicionales aportadas por la defensa y que fueron desahogadas hasta el desarrollo de la audiencia”. La defensa de Alfredo Figueroa, en efecto, anunció que la fiscalía había retirado los cargos en contra de su cliente, por lo que recuperaría su libertad. La primera en abrazar al exculpado fue su esposa Dalia Pech, quien por cierto no paró un instante en la intensa y valiente campaña de activismo a favor de su compañero de vida. Ejemplar.
Dos hechos graves bastarían para echar al fiscal –bueno, pues, pedirle atentamente su renuncia–: en un tema tan sensible como la investigación del asesinato de un periodista no dio ni siquiera con alguna pista del o los responsables o con el móvil del atentado, pero culpar a un inocente solo para quitarse la presión de la opinión pública y los medios nos parece de plano un acto facineroso. Él, que es una buena y muy preparada persona… ¡la función pública es una perra maldita!
Por lo menos en las redes sociales –pues al momento no disponemos de otras mediciones– la salida del fiscal es un clamor. De ninguna manera debe seguir el pseudodoctor Pech como abogado del Estado, lamentable situación que paradójicamente se torna en una oportunidad para que el gobernador recupere esa credibilidad que sus malos colaboradores le han escamoteado. Si caen las fichas, Carlos Joaquín podrá tener un borrón y cuenta nueva en la asignatura pendiente de la justicia y la seguridad.
HELADA MADRINA
Don José López Portillo y Pacheco, pomposo presidente de México de 1976 a 1982, en pleno auge petrolero –el yacimiento Cantarell de la Sonda de Campeche, recién descubierto, era el segundo más importante del mundo, solo después del Complejo Ghawar, en Arabia Saudita– declaró que lo único que nos quedaba por hacer era administrar la abundancia. Después del gobierno del culto mandatario el país quedó quebrado. Con lágrimas de cocodrilo, en su último informe el morador de la Colina del Perro gritó, golpeando el atril en el recién estrenado Palacio Legislativo de San Lázaro, pues el año anterior la Cámara de Diputados se había mudado de Donceles: ¡Ya nos saquearon! ¡No nos volverán a saquear! La caja estaba vacía.
El gobierno de Carlos Joaquín, por el contrario, nació en medio de la crisis económica y sin esos excedentes por las exportaciones petroleras que se repartían entre las entidades federativas –los precios internacionales se derrumbaron y siguen bastante bajos– y que tanto ayudaron –algunos dirían enriquecieron– a sus antecesores Roberto Borge Angulo y Félix González Canto. El segundo año no fue mejor: con elecciones en puerta y aunque se diga lo contrario, el lastimado erario no rindió para apoyar a las regiones y los estados.
Entre ponderar lo que se logra desde la estrechez y lo que se dilapida por la holgura, nos quedamos con lo primero: el estado tiene limitaciones y hasta carencias, pero seguramente hoy escucharemos a contador público Carlos Joaquín hablar de logros obtenidos por una buena administración sin aumento de la deuda y con cada vez mejores calificaciones crediticias.
Las buenas finanzas normalmente son resultado de una buena administración. El gobernador sabe muy bien de eso, pero además ha estado muy bien asistido. Aunque ahora sea “innombrable”, Juan Vergara Fernández lo hizo muy bien en el arranque, pero su relevo en los primeros innings Yohanet Torres Muñoz, actual titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, lo está haciendo excelente. A la enorme presión que significan las deudas con proveedores de bienes y servicios y el ingente gasto corriente ha sabido responder repartiendo los escasos recursos entre los compromisos y con recuentes mejoras en las clasificaciones de las firmas calificadoras de riesgo. No nadamos en plata, pero las inversiones continúan fluyendo y aumentando, lo que indudablemente, en un futuro no tan lejano, mejorará nuestros niveles de vida.
REPÚBLICA DE BABIA
Ignoto, es hoy el presidente de la República de Babia, pues entre la vilipendiada ley de movilidad, las políticas de la Sintra y muy probablemente el desempeño del ayuntamiento de Othón P. Blanco –a saber– están destruyendo uno de los pocos motores económicos de esta desfalleciente ciudad.
Vaya usted a cualquiera de los cinco supermercados que existen en Chetumal, sobre todo en la mañana, y al formarse en la caja de cobro se encontrará con compradores que hablan entre inglés, español yucateco, creole y hasta garífuna: son hermanos beliceños de Corozal e incluso de Orange Walk que cruzan la frontera solo para comprar productos básicos que no consiguen fácilmente o a buen precio en su país.Bueno, pues aunque no sea fácil de creer, los mexicanos, quintanarroenses y chetumaleños estamos empeñados en expulsar a estos vecinos que además van a las ferreterías y refaccionarias automotrices a comprar lo que les hace falta y no descontemos el saborín que la anciana en el Mercado Nuevo –“Lázaro Cárdenas”– vende para apenas sobrevivir. Nos faltan números y estudios, pero es casi seguro que entre los más de 220 mil habitantes que tiene Chetumal, la inmensa mayoría de bajo nivel adquisitivo, no se juntaría el nivel de consumo que justifica la existencia de nuestras plazas comerciales. Sufrirán los dueños de papelerías, quienes venden llantas, esos que comercian con ropa, maquillajes para mujeres, perfumes y cuanto queda de la añeja vocación comercial de Chetumal.
La señora de los salbutes venderá menos, lo que para su condición de sobreviviente resultará fatal. Sus nietos no podrán ir a la escuela ni será capaz de comprarles el lonche, su hija no podrá adquirir uniformes y las empresas textiles de Chetumal ya no tendrán ingresos si no ganan un concurso de la Oficialía Mayor para surtir a los escolapios de las escuelas públicas. Sus empleados perderán el puesto y tendrán que pasarse a la informalidad, pero aun así tendrán muy pocos clientes y bajas ventas. Ya de por sí padecemos eso; ¿por qué agravarlo?
Entre el congreso, el ayuntamiento y el gobierno del estado se les ocurrió la “inteligente” medida de obstaculizar la visita de beliceños por idioteces administrativas. La XV Legislatura, la Sintra y sus descerebrados robots, el ayuntamiento y su voracidad de institución muerta de hambre, todos, están acabando con ese cerillo que quedaba de la refulgente hoguera del Chetumal comercial, rico y hasta próspero, que un idiota y engreído presidente sepultó para siempre.Si alguien lo conoce, por favor que me diga quién fue el responsable. Se ganó la presidencia de Babia.
HOMÚNCULOS
La aberración de votar por segunda ocasión para aprobar que el impresentable –cual son casi todos los verde-ecologistas– senador Manuel Velasco Coello volviera a medrar a Chiapas como gobernador por unas semanas le puso al Morena una impronta muy difícil de soslayar. Esos “jijos de su Ñoño Verde” cambiaron un puñado de curules por que se le permitiera al chiquitín de la farandulera Anahí terminar su periodo sin perder el fuero. No: no fue el PRI. No fue un cochupo con el PAN. Tampoco se trató de una movida de las tribus perredistas. ¡Fue el Morena! El orgullo del terruño chetumaleño José Luis Pech Várguez, nativo de Santa Elena, votó por hacerle el favor al galán de la telenovelera a cambio de unos escaños que significan mayoría simple, sin necesidad de aliados. ¿Se ha creado una nueva mafia del poder?
La senadora que ganó la primera mayoría, Marybel Villegas Canché, ¿dónde estaba? ¡En los inodoros! Bueno: son necesidades fisiológicas.
GRILLOGRAMA
Comportamiento as usual…
Ya para no equivocar
Sobre la verde botarga
Para no echarse esa carga
Marybel se fue a cag…
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