No es junior inútil, Pedro
- Óscar González
- 17 jul 2018
- 3 Min. de lectura

(COLUMNA EN QUINTA FUERZA. CLIC EN IMAGEN). Pocos tienen dudas de que uno de los cuatro presidentes municipales electos del PRI y sus aliados que ganaron ayuntamientos en Quintana Roo participó en una elección muy singular, pues tanto su padre como un tío –actualmente en ejercicio– han llegado a la gobernación, y entre las muchas extrañezas de estos comicios municipales está la de que fue postulado por el partido de Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía del presidente priista Enrique Peña Nieto, pero la corriente política gobernante en la persona de Carlos Joaquín González a nivel estatal y en el orden local de la tempestuosa Perla Tun Pecha es la integrada por el PAN, el PRD y el más recientemente llegado PMC. Nominalmente, por lo menos, los parientes son adversarios.
Si pudo ponerse en el lugar de un votante cozumeleño, vio que seguramente se preguntó si votar para alcalde por Pedro Joaquín Delbouis, hijo del tan querido segundo gobernador de Quintana Roo y que sigue bateando en las grandes ligas de la política nacional, o por la última presidenta municipal Perla Tun Pech, que llegó al poder en el famoso Movimiento del Cambio, con una votación altísima, y aunque acabó peleada con Tirios y Troyanos, conservaba todavía un buen capital político propio, ya no entre la elite, sino con el pueblo.
Creemos que el fiel de la balanza en un panorama tan complejo, que le permitió ganar una votación cerrada –13 mil 268 de Por Quintana Roo al Frente, de Perla, contra 16 mil 698 de Todos por México, de Pedro Óscar– fueron los méritos, el carisma y la campaña propiamente dicha que desarrolló el joven empresario, pues su egregio apellido –que nuestro ya ausente querido amigo don Nassim Joaquín Ibarra hizo lustroso a base de trabajo y creatividad– jalaba para muchas partes, aunque la sociedad insular ya tenía claro que Tun Pech no sería de nuevo la consentida del sistema, pues hasta al gobernador lo enfrentó y le espetó imperdonables groserías. Un poco deschavetada ella, dilapidó su considerable caudal electoral en apenas un par de años al pelearse con la prensa, la opinión pública y sobre todo su jefe político.
HELADA MADRINA
¿Qué bártulos llevaba en realidad Pedro Joaquín a la batalla por gobernar su isla natal? Resulta que no era una flor de invernáculo sino un luchador, cual corresponde a las familias de origen sirio-libanés esparcidas por el mundo y por lo menos a las que han prosperado en la Península de Yucatán: los clanes están unidos con vínculos muy fuertes. Crecen, se ayudan y salen adelante con esos valores como guía principal, a la que solo se le puede acercar la pasión por el trabajo duro y constante.
Como puesto público solamente le podemos contar a Pedro Óscar la dirección de la poderosa e importante Fundación de Parques y Museos –que por cierto maneja el portentoso Parque Chankanaab–, antesala de algunos gobernantes isleños en el pasado, pero como empresario y líder de los hombres de negocios se desempeñó con sonado éxito tanto en la Canaco como la Coparmex de Cozumel.
La parte académica de su formación tampoco carece de lustre: la Universidad Iberoamericana, el ITAM, el CIDE y la Universidad Anáhuac del Norte lo hospedaron en sus aulas.
HOMÚNCULOS
No: no fue un junior al que papi le dijo “toma hijito”: esto es de lo que te vas a mantener; procura no echarlo a perder”.
La verdad es que estamos hablando de un joven perteneciente a una encumbrada familia de Quintana Roo que se dedicó a salir adelante sin faltar altas dosis de propio esfuerzo, preparación y desempeño en la vida privada y pública. Buenos ejemplos tuvo: su libre albedrío le permitía tomarlos o dilapidarlos, porque desde luego, desvalido, no se iba a quedar. Pero al parecer decidió buscar otras alturas.
GRILLOGRAMA
¡Exageraciones!... ¿O no?...
Ya se escuchaba un rumor
Cuando aquel alzó la mano
Yo no callará, mi hermano:
¿Quiere ser gobernador?
columnacafenegro@gmail.com


