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De bombas y datos misteriosos


(COLUMNA IMPRESA EN NOVEDADES. CLIC EN IMAGEN). Hay cosas que no cuadran en las explicaciones de los sucesos relacionados con Barcos Caribe. Chorros de tinta –y millones de bytes– han corrido desde que ocurrió una explosión en uno de los ferris de la empresa propiedad de la familia del exgobernador Roberto Borge Angulo, sometido a procesos penales y actualmente encarcelado en el estado de Morelos, pero la mayor parte de lo hasta ahora dicho viene de vacíos informativos, especulaciones, noticias falsas y hechos inverosímiles, amén de que hay un par de factores que en ninguna explicación casan.

Las dos teorías principales que tienen variantes, sin contar innumerables explicaciones de plano estultas, apuntan, una, a que enemigos de la familia Borge Angulo –que no son pocos– quisieron causar daño, incluso al patriarca, y, otra, a que el exmandatario y su padre planearon la explosión y otras cosas que han aderezado el trhiller para victimizarse y poder liquidar una empresa al parecer en muy malas condiciones financieras, con cierto beneficio económico por el cobro de seguros y una súbita quiebra que permitiría evadir importantes pasivos.

La teoría del ataque contra los Borge, que implícitamente se supone vendría desde las más altas esferas del poder estatal, se encuentra con el problema de que la irresponsabilidad y la pequeña boquita de Alicia Ricalde Magaña, titular de la API, quiso lavarle las manos al gobierno de manera muy prematura al asegurar que la explosión en el muelle de Playa del Carmen se debió a una falla mecánica, con lo que metió en un problema de credibilidad al gobernador Carlos Joaquín González que, confiando en su torpe colaboradora, lo primero que declaró fue eso, pero tal postura inicial evidenció que el gobierno fue tomado por sorpresa: de haber urdido desde el poder un atentado contra el barco por supuesto que habrían tenido una explicación menos estólida hacia la opinión pública, ya enfilada hacia la trama del auto-atentado.

Una rareza: el periódico Reforma publicó ayer en su editorial casera “Templo Mayor” que una línea de investigación apunta al tenebroso asesor del mandatario estatal Jorge Brizuela Guevara, conocido como el “venezolano”, al que se le atribuyen historias harto oscuras. Habrá que ver si algo hay o se trata de un distractor, buscapiés o borregazo.


AUTO-ATENTADO

Resulta al mismo tiempo algo difícil creer que el propio padre del otrora hombre fuerte del estado, Roberto Borge Martín, que estaba a bordo, hubiese sido puesto en grave riesgo al estar tan cerca de un bombazo auto-infligido.

Inculpa también a Barcos Caribe el inverosímil hallazgo de artefactos explosivos en un navío fondeado desde hace 10 meses frente a Cozumel, que resultaron de utilería, suceso convenientemente llevado a los medios informativos la víspera de una manifestación de empleados exigiendo la reapertura de la naviera, cerrada por las investigaciones que involucran al estado, la federación y hasta Estados Unidos, porque participa el FBI; parece en verdad una estrategia muy idiota.

Carlos Joaquín, superada la confusión inicial del percance del 21 de febrero, asumió una postura por demás razonable pero inquisitiva, al aseverar que los responsables de esta trama, que incluyó la explosión controlada de otra bomba hallada a la deriva en el Canal de Cozumel por parte de la Marina, buscan desestabilizar al estado, además de afectar su rendimiento turístico, lo que ya sucedió con una advertencia de no cruzar por barco por parte de la embajada de Estados Unidos y –debemos tomarlo en cuenta– el incremento de precios de las otras dos navieras de este cruce: Barcos México y Ultramar.

El secretario de Gobernación Alfonso Navarrete Prida dio ayer un sólido espaldarazo el gobernador de Quintana Roo al asegurar, como lo ha hecho este, que se investigará a fondo y hasta las últimas consecuencias –claro, siempre se dice eso, pero se notó el interés real del inquilino del Palacio de Cobián, pues insistió en el tema de una actividad turística segura a pesar de los sucesos–. Se trata de un sector estratégico para el país, así que suponemos que las investigaciones se harán con máximo afán por parte del Gobierno de la República, que el del Estado ya lo prometió.


DE PERIODISTAS PARA PERIODISTAS

La celebración del Día de la Libertad de Expresión el 7 de junio, si bien para países como Argentina tiene orígenes por demás nobles, en México en realidad siempre ha sido primordialmente un pretexto para el apapacho y el halago mutuo entre empresarios mediáticos y autoridades gubernamentales.

La huera celebración, a instancias de los dueños y con poco o nada que ver con los periodistas, fue instituida por decreto en 1951 por el presidente Miguel Alemán Valdés, y de ahí en adelante se celebra con el cariz oficialista que tiene su origen.

Para colmo de males, la fecha que no tiene carácter mundial y que para los mexicanos en realidad no es efeméride, adolece de la mácula de haberse convertido en referencia para el Premio Nacional de Periodismo que instituyó en 1976 Luis Echeverría Álvarez, quien un mes después de su “fiestecita” ejecutó el conocido cuan ignominioso Golpe a Excélsior, uno de los perores atentados contra la libertad de expresión que recuerde México, desterrando al crítico e irreductible director Julio Scherer García y a sus mejores colaboradores, la mayoría de los cuales seguirían con varios proyectos libertarios y progresistas, críticos del autoritario gobierno “revolucionario”, con la punta de lanza de la revista Proceso. Como que el galardón del gran represor es más para lamentar que para celebrar.

A muchos no nos gusta esa fecha, que sigue siendo más que nada celebración oficial, de gobiernos. La Asociación de Periodistas del Caribe y el Colegio de Profesionistas en Comunicación de Quintana Roo, sin pretender atacar las actividades acostumbradas los días 7 de junio, ya están organizando una celebración sin intervención gubernamental en las decisiones, que realmente se deba los anhelos e ideales de la libertad de expresión y la prensa libre, con el trascendental añadido de la creación del Premio Quintanarroense de Periodismo 3 de Mayo, “De Periodistas a Periodistas”.

La fecha de referencia tanto para el festejo como para la entrega del premio es la instituida por la UNESCO y la ONU para celebrar la libertad de expresión. La convocatoria está en el horno. Les daremos detalles estos días.


GRILLOGRAMA

¿Fechita o fichita?...


La libertad de expresión

Celebrando, ya estaremos

Porque más ya no queremos

Al Día de la Represión




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