Conflicto y conflictivos en Quintana Roo
(COLUMNA EN NOVEDADES. CLIC EN IMAGEN). Transcurrió una semana para olvidar en el estado, sobre todo porque los hechos variopintos que destacaron en las notas de los medios tuvieron que ver con violencia y por lo menos aparente descomposición del Estado de Derecho. Los quintanarroenses tuvimos que presenciar, amén de las ejecuciones típicas de este violento periodo que atraviesa el país, una muerte relacionada con un pleito entre taxistas del cancunense Sindicato Andrés Quintana Roo y un trabajador de la plataforma transnacional Uber, un atentado contra el peninsular Canal 10 de televisión –en el cual tengo el orgullo de participar, lo digo, como es inusual, en primera persona del singular, siendo colaborador–, manifestaciones sindicales y algunos otros conflictos que obviamente palidecieron ante la gravedad de los primeros.
Pasto para la crítica, que si bien no carece del todo de razón en varios temas se notó resentida e interesada en agendas que nada tienen que ver con el deseo que erróneamente suponemos común a todos los habitantes del estado de vivir en paz y armonía: en verdad muchos se veían más contentos que preocupados de tener pretexto para pegarle al gobierno, a los sindicatos, a los empresarios y a quien fuera que pudiere ser culpado de antemano de todo mal, según intereses que, como en botica, se surtieron alegremente de todo tipo de recetas para el denuesto a diestra y siniestra.
Lo que más nos preocupó por afectación directa, no sólo por cuestiones de oficio sino también porque, como ya dijimos, nos consternó directamente en calidad de colaboradores desde hace muchos años, fue la balacera que un par de felones realizaron contra Canal 10. El saldo de afectaciones personales fue de un herido, que sin importar si fue de rebote, con intención o de manera fortuita acabó siendo atendido en un hospital por una lesión. Ya es grave, de suyo, el hecho.
Sed de sangre y culpabilidades gubernamentales “adornaron” una rueda de prensa del fiscal general Miguel Ángel Pech Cen de supuestas fallas, mentiras, omisiones, justificaciones y demás linduras que tanto gustan a los compañeros de la prensa, cuando realmente en lo que se refiere a oportunidad, pertinencia y apego a la ley –como no es político el abogado del pueblo de Quintana Roo sólo entiende de leyes y lógica jurídica– no tuvo mácula. Querían verlo sufrir y así lo retrataron, sin enterarse bien a bien siquiera de lo que dijo. Tache, compañeros.
El gobernador Carlos Joaquín González fue incluso más contundente y tempranero al sentenciar que caerían los culpables del atentado a la empresa de comunicación, pionera de la televisión quintanarroense y fundada por el extinto Eduardo Toledo Parra, y en las redes sociales también fue criticado con rudeza innecesaria el mensaje del diputado presiente de la Gran Comisión de la Décimo Quinta Legislatura, Eduardo Martínez Arcila, cuando condenó los hechos y expresó solidaridad con la empresa víctima, su propietario y trabajadores a nombre de los diputados. Ya saben: los “feisbuqueros”, la mayoría de los cuales son neoperiodistas en busca de “chayo” vía golpeteo y chantaje.
La muerte a las afueras de Cancún de un taxista y la lesión de otro, ambos sindicalizados, fue un tema más de la ensalada candente de la semana que, primero, tuvo como presunto culpable a un chofer de la transnacional de plataforma digital Uber, mas luego se reveló por un video en las redes sociales que en realidad se trató de un accidente provocado por la agresión de los chafiretes.
De nuevo, una postura clara y equilibrada de Eduardo Martínez, que señaló sin cortapisas que Uber, según la normatividad vigente, es ilegal; que los taxistas sindicalizados delinquen al “hacer las veces” de autoridad, atacando a sus rivales en el mercado en no pocas ocasiones con lujo de violencia; que el propio congreso ha pecado de lentitud por no actualizar la legislación respectiva, y que la dependencia gubernamental Sintra que encabeza Jorge Portilla Manica ha sido omisa al no frenar la actividad ilegal de la empresa al igual que al tolerar las cerreras medidas de los ruleteros, fue criticada por tirios y troyanos, entre ellos los varios compañeros que se pretenden periodistas pero que, por su ignorancia, no pueden ser considerados como tales –entre otras cosas porque, a la hora de lanzar la expresión escriben “sirios” en lugar del gentilicio plural de Tiro, “tirios”–, en un extraordinario esfuerzo por no hacer viable ninguna explicación y eventual solución. Ya lo dijo Enrique Peña Nieto, nuestro desafortunado y torpe presidente que, entre sus miles de yerros, la opinión pública le escatima hasta el más modesto acierto: “ningún chile les embona”.
El gobernador Carlos Joaquín logró una nota –ignoramos si por convenio o por “pago por evento”– que ayer encabezó una plana de Reforma, poderoso periódico de circulación nacional que es bien sabido que no vende posiciones ni relevancia en su tratamiento editorial –o sea que los editores la consideraron digna de destacar–. En una docena de párrafos, se describe las de Caín que pasa el gobierno estatal con los asuntos de la inseguridad, en especial con el hostil gobierno estadounidense siempre dispuesto a lanzar “warnings” como si de bolo de padrino de bautizo de barrio se tratase. Glosamos ad litteram:
“Casi dos meses después de que el Gobierno de Estados Unidos emitió una alerta de viaje a México que incluía los destinos turísticos de Cancún y Playa del Carmen, el Gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, viajó Washington para entrevistarse con funcionarios del Departamento de Estado.
“Explicó que en esta reunión, realizada el pasado 2 de octubre, expuso la reestructuración policial y la coordinación con el Gobierno federal para reducir la violencia y proteger a los turistas estadounidenses.
"‘Hubo muy buen diálogo, mucho interés en revisar y verificar lo que estamos haciendo, una invitación a que la información fuera mucho más fluida, que conocieran de primera mano qué estamos haciendo en materia de seguridad y de apoyo a los turistas que nos visitan.
"‘Que supieran que hay todo el deseo y la intención de cuidarlos, de atenderles bien y de seguir siendo Quintana Roo un destino muy importante para los ciudadanos americanos’, comentó en entrevista”.
Los temas siempre estarán, pero si nos empeñamos en destacarlos fuera de contexto no nos será muy difícil hacer que México y Quintana Roo en particular pasen por territorios enseñoreados por los criminales, por lugares sin ley en los que ni propios ni extraños harían bien en apostar un centavo por la propia vida.
“La alerta de viaje del 22 de agosto, dijo, se tradujo en una baja en la tendencia de crecimiento de las reservaciones hoteleras durante el mes de septiembre, que se ha logrado estabilizar, por lo que no se prevén afectaciones en lo que resta del año ni en 2018.
“Afirmó que si bien reconoce que su estado vive una problemática, la percepción de inseguridad es mayor a lo que ocurre en realidad.
"‘Cuando ocurre un incidente cerca de la Quinta Avenida en Playa del Carmen o en la zona hotelera de Cancún, el impacto mediático es mucho más amplio que lo que ocurre en cualquier otro lugar del mismo Quintana Roo o del país.
"‘En enero estuvo el tema del Blue Parrot, muy sonado a nivel nacional e internacional, que afectó mucho la imagen del estado, aún cuando fue entre grupos de delincuencia", indicó el mandatario’.
“Señaló que el aumento en los homicidios dolosos en la entidad responde a la corrupción de la administración estatal anterior, encabezada por Roberto Borge, pues durante su gobierno se limitó la presencia de la policía estatal al municipio de Othón P. Blanco y se permitió que creciera el ambulantaje en playas y zonas turísticas”.
Que nos disculpe el lector pero, esta opinión pública sospechosista y renegada sólo por ser políticamente correcta, por obtener likes en internet, en palabras del secretario federal de Turismo sólo le está haciendo la chamba a los competidores de Quintana Roo y de México en el extranjero al proveerles de notas negativas que pintan a nuestros destinos como un infierno.