Lo que no se ve
(COLUMNA EN NOVEDADES. CLIC EN IMAGEN). Con plena conciencia de que sus acciones de para recomponer el rumbo de Quintana Roo no tendrían los impactos de relumbrón tipo el inservible Auditorio del Bienestar de Cancún, obra faraónica que es emblema del mal uso de los recursos del gobierno del estado con los que navegó de muertito Roberto Borge Angulo mientras el “bisne” estaba en otra parte, Carlos Joaquín González decidió invertir la fuerza del estado encomendado a su conducción por los ciudadanos en lo que menos luce: en las entrañas de la administración pública que, cuando la recibió, se tambaleaba como burel con media estocada en todo lo alto, bufando sangre y con dos llamados de la autoridad a cuestas. Las finanzas agonizaban en la mesa de emergencias; la cirugía mayor era la única posibilidad.
Su antecesor había hundido al estado en una vorágine de deudas monstruosas, por lo que el mandatario actual decidió empezar por ahí: ¡Son las finanzas! El primer año no será tal vez el de los bombos y platillos, pero sí el del orden que nos apartó del precipicio.
El lunes quedó demostrado que ese empeño, que no es “basura por alimentos”, con mucha inteligencia y perspectiva financiera se sostenía en bases sólidas y no era un parche más adquirido de las garras de la banca comercial empeñando a generaciones de quintanarroenses con tal de tener “cash” para darle la vuelta al 2016 --total: que al estado se lo lleve la trampa del servicio de la deuda y a los quintanarroenses la tostada--. El refinanciamiento de la deuda se sostiene, hace viable la economía productiva del estado, la dotación de bienes, obras y servicios que requiere nuestra vertiginosamente creciente población y mantiene nuestro papel como estado líder de la más rentable de las industrias nacionales: el turismo.
El comunicado: “La Comisión de Hacienda del Congreso, encabezada por el diputado Emiliano Ramos y con la presencia del presidente de la Gran Comisión, Eduardo Martínez Arcila, recibió de manos del titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), Juan Melquiades Vergara Fernández, el Cuarto Informe sobre la Reestructuración y Refinanciamiento de la Deuda Pública del Estado, donde se reconoció que el procedimiento aprobado al inicio de la XV Legislatura fue el correcto, pues se evitó el colapso financiero de Quintana Roo”.
Es justamente por lo técnicas que resultan las explicaciones de las entrañas financieras de un gobierno, máxime si recibió un ente agonizante, a punto del impago de las amortizaciones de la deuda y su absurdamente elevado servicio, que quienes no estamos empapados de esa horrible jerga no entendemos ni papa, nos entusiasma poco o nada y tendemos, como es natural, a ver las cosas de manera más simple: ¿mi familia está mejor o peor con este gobierno? Ahora por lo menos es posible.
Es poco decir que estábamos en las catacumbas: ahora se puede trabajar. Sin eso no habría nada. Ni para atrás ni para delante.